Ignoro el porqué, tal vez un lapsus freudiano, pero ayer, al hablar de la antología de Cumbreño y hacer alusión a otros florilegios, se me fue el santo al cielo y olvidé las publicadas por la Editora Regional de Extremadura en su colección de Poesía. Uno mismo tomó decisiones al respecto y por eso se editaron, por ejemplo, las de Jesús García Calderón, Juan María Calles y Elías Moro. Antes habían salido las de María José Flores y Javier Pérez Walias. Diré, en mi descargo, que la idea no era tanto reunir poemas esenciales de esos poetas cuanto presentar obras que habían pasado, de manera injusta, inadvertidas. Por otro lado, pensaba en poetas más conocidos y en editoriales de ámbito o implantación nacional, en el exacto sentido del término, cosa que, por desgracia, no alcanza a la Editora. Explicado queda.