Ayer terminaron las clases. Los muchachinos llevaban días nerviosos, a la espera de las notas, sí, pero más de las vacaciones. La mañana fue intensa, por decirlo de una manera suave. Se acabó hace tiempo lo de llegar un poco más tarde y marcharse antes, por aquello del fin de fiesta. Estos funcionarios...
Los míos, emocionados, escribieron en el encerado sus mensajes de despedida y algunos me los entregaron, además, en papel. Que si te queremos, que si quédate con nosotros en 5º, que si eres el mejor profesor del mundo, que si tú no estás el colegio no será el mismo... Lo típico. Una alumna ha ido más allá y ha especificado que si quiere que siga con ellos el curso que viene es porque "para explicarnos las cosas cuentas historias que son muy interesantes". No hace falta decir que lo firma la más lista de la clase. Me quedo con uno anónimo. No acabo de identificar la letra. Dice. "Alvaro eres el mejor. Me has enseñado cosas que yo antes no me había enseñado". Tal cual.