Llegan tres. Turia, tan hermosa como siempre, viene cargada de novedades. Entre lo que he leído, me emociona el recuerdo de Félix Romeo preparado, a varias voces, por su amigo José Julio Ordovás. Leo con gusto páginas nuevas de los inseparables leoneses Luis Mateo Díez y José María Merino. Poemas de Jordi Doce, Jorge Riechmann (que me suena a ya leído en su último libro, tan oportuno), Martín López-Vega, Antonio Lucas, Julieta Valero, José Cereijo o Elías Moro, tan ferroviario él, que publica "Guardagujas". También se rescatan inéditos de Pablo Palazuelo. No creo que aporten gran cosa al panorama lírico nacional, pero siempre le resulta a uno agradable recordar, con cualquier excusa, al pintor geométrico que vivió unos años en un castillo extremeño, situado en el pueblo de Monroy.
En lo que al ensayo se refiere, se adelanta una parte del nuevo libro de Steiner (al que tanto odiaba Romeo): La poesía del pensamiento (Siruela).
El Cartapacio es para el brasileño Jorge Amado y en él, entre muchos, hay un artículo de mi admirado Juan Manuel Bonet sobre las artes plásticas en tiempos del bahiano que vuelve a demostrar su sorprendente capacidad para la erudición y el enciclopedismo. O una curiosa entrevista que le hizo la novelista Clarice Lispector.
Muy interesante me ha parecido también la conversación de Enma Rodríguez con Víctor García de la Concha, al que siempre da gusto escuchar. Y los diarios de Maícas, suma y sigue. Y no pocas reseñas, algunas de libros ya comentados aquí.
Clarín viene más delgadita, pero pura fibra. De lo visto y leído, me quedo con el mínimo panorama de la poesía china (preparado por He Ying y Catarina Valdés), de actualidad tras la gira triunfal de su director, JLGM por la lejana república asiática, pero que sabe a poco. Muy buenas las nuevas versiones, "tradicciones" las llama Juan Peña, de algunos poemas clásicos. Me convence cómo suena "El infinito" de Leopardi, por ejemplo, y eso que era difícil mejorar las versiones de, pongo por caso, Colinas o Rosillo.
Ángel Alonso conversa con Lêdo Ivo, que yo no puedo separar de Juan Carlos Mestre. Uno me lleva al otro, sin remedio. Dice cosas sensatas y me alegra saber que uno comparte con un poeta tan cosmopolita obsesiones tan locales.
Tras varios relatos de viajes, unas pocas reseñas; entre ellas, las de las últimas entregas de Antón Castro y Leopoldo Panero (padre), libros que pasaron por aquí.
Termino con la cacereña Norbania, donde destacan poemas inéditos de Basilio Sánchez (que cambia de registro, de manera sutil), Efi Cubero y José María Jurado, además de un divertido relato de Pilar Galán. Javier Alcaíns caligrafía dos poemas de Luis Alberto de Cuenca, que publica también "Sueño del reloj de bolsillo".
¡Como para aburrirse! ¿Quién necesita Eurocopa?