Relata
el erudito sus razones:
tres
carreras
(dos
más que tú, precisa),
doctor
con Premio Extraordinario,
tres décadas y pico de docencia
como eximio profesor de instituto,
otros
tantos como investigador,
más de
diez libros capitales
en la bibliografía
literaria
de este
rincón llamado Extremadura
(que
adjunta en una foto
donde
posan valhondos y reunidos)…
Ante
tamaño carrerón,
¿cómo te
atreves
a
criticar cual “entendido”
la obra
que culmina y que consagra
tan
brillante y loada trayectoria?
“¡Esto
es un atropello!”,
clama
al cielo. “Mi Panorámica…”
Y tú,
vulgar maestrillo, botarate,
que
osaste comentar su magna obra
y
ponerle algún pero (muchos menos
de los
que el revoltijo se merece),
que
cometiste la insolencia
de
dedicarle al tocho unas palabras
en este
humilde blog,
dudas
entre reír ante el ridículo
o
llorar por lo aciago del rebote.
Que el
adalid de Monesterio
le
contemple.
Uno
sabe leer. Con eso basta.