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Tengo cierta predilección
teórica por dos textos homónimos de Álvaro Valverde, titulados «Noticia de la
muerte», más un tercero llamado «Conversaciones póstumas». La primera «Noticia
de la muerte» es un poema de Una oculta
razón (1991) y se trata de un monólogo dramático en el que cierto escritor
ficticio reflexiona ante la llamada del necrólogo del New York Times Alden Whitman. «Conversaciones póstumas» (sigo el
orden cronológico) es un artículo de prensa (Abc, 1/3/1999) en el que, a propósito de ciertos epílogos
televisivos nacionales, cuenta cómo tuvo Valverde conocimiento de la existencia
de Alden Whitman, de sus procedimientos necrológicos, y cómo ello le llevó al texto
primero. «Escribí ese poema con un doble
convencimiento», dice: «que la breve nota daba para un cuento o una novela y
que, al menos entonces, yo sólo sería capaz de dar a ese hecho un modesto
ropaje lírico». Y la segunda «Noticia
de la muerte» es una reescritura narrativa del mismo episodio, desde el mismo
punto de vista, pero con más detalles sobre el personaje y la enfermedad que, además
de los años y el prestigio, provoca la llamada del necrólogo. El relato está
recogido en Ficciones. La narración corta
en Extremadura (2001) e incluye una nota a pie de página en la que se lee:
«Mi primer impulso, al conocer la anécdota en que se basa, fue el de escribir
un cuento. Quiere el azar que ahora, muchos años después de ser concebido como
poema, alcance por fin ese modo de expresión. Que cada lector elija bajo qué
forma lo prefiere y, si le place, que considere este trasvase de géneros como
una de las infinitas posibilidades del juego literario». Pues bien, que, tras
el punto de partida externo, el autor se viera en la necesidad de escribir
sucesivamente un poema, un artículo y un cuento no creo que forme parte tanto
del juego literario (en literatura cada asunto trae incorporado su propio género,
igual que reclama en arte su propia manifestación), como de la necesidad de
cerrar todos los huecos que el asunto trae consigo y todas las perspectivas
desde las que se ofrece. Bien es verdad que en esta triple «noticia de la
muerte» se aprecia una circunstancia puntual y cabría decir que excepcional, un
mismo asunto —la llamada del necrólogo— tratado desde distintos puntos de
vista, esto es, desde distintos géneros. Sin embargo, es a esta misma idea a la
que responde en sentido amplio la escritura de Valverde, la poesía, por una
parte, en primer lugar, y después la novela y el artículo (e incluyo en
«artículo» la actualización diaria del blog en que tanto se empeña). No se
trata de una trinidad intelectual o sentimental más o menos difusa, sino de los
distintos modos de expresión que requieren las ideas para cumplirse en su
totalidad, de modo que, si la poesía aspira al punto central de la diana, las
incursiones narrativas y las derivaciones periodísticas o digitales se expanden
por las varias circunferencias concéntricas de su superficie. La distribución
es pertinente: si la poesía es afirmación o hipótesis, la prosa narrativa o
periodística es una secuela lógica, un (cabría decir) quod erat demonstrandum.
3, 4 y 5
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