3.7.14

Cambios en Tusquets

El País /CONSUELO BAUTISTA
La noticia es que Beatriz de Moura deja Tusquets Editores 45 años después y que se nombra director editorial a Juan Cerezo, que lleva 21 en esa casa. Me parece natural. Que una mujer de su edad pase a realizar otras labores menos exigentes, pero también importantes, en su nueva condición de presidenta de honor y responsable de “un fondo de apoyo a los autores” que llevará el nombre de Antonio López Lamadrid, el que fuera su compañero durante tantos años en el trabajo y en la vida, y que le suceda en esas tareas un hombre todavía joven, capaz de mantener, en estos momentos de tribulación, la nave a flote y, más allá, en el firme rumbo que ha seguido a lo largo de estas últimas décadas. Una editorial ejemplar que nació independiente y que ahora navega, me da que en la misma línea de siempre, vinculada al Grupo Planeta. En todo caso, a su catálogo remito, pues sólo ahí se justifica el ser o no ser de una editorial importante. Y esta, sin duda, lo es.
Uno es, desde hace (casi) cuatro libros y (casi) veinte años un autor de Tusquets. Uno entre tantos, cabe precisar. De su colección de poesía, Nuevos Textos Sagrados, joya de la corona de una editorial que se distingue por la narrativa, género que agrupa obras de algunos de nuestros mejores escritores: de Landero a Bayal y de Aramburu a Grandes, por citar sólo españoles. Resultó significativo que para celebrar su 30 aniversario organizaran una lectura de versos.
Aunque haya publicado otros libros con otros generosos editores, incluso de poesía (lo que demuestra el talante de ese sello), uno se siente, sí, muy de Tusquets. 
Ya he contado alguna vez cómo llegó uno allí. Conocí a Beatriz de Moura y a Antoni Marí -director de NTS- en Madrid, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde me invitaron a presentar el segundo libro de la colección de poesía, Al dios del lugar, de José Ángel Valente. Después, tras la cena y las copas (nunca olvidaré lo bien que bailaron aquella noche De Moura y Marí), ella me invitó amablemente a enviarles algo. En la carta que acompañaba el original de Ensayando círculos le decía que ese ofrecimiento me había parecido el de alguien que tiene un bar y te invita, acaso por mero compromiso, a tomar algo. Uno pasaba por allí y... Sí, a pesar de mi sobriedad, estuve dispuesto a abusar de esa confianza. El azar, cómo no, quiso que ese libro se cruzara con la intención de abrir la colección a gente más joven (uno tenía 35 años entonces) y lo demás ya vino rodado. Está uno muy orgulloso de haber abierto esa vía que han continuado no pocos miembros de mi ilustre generación. Y ahí seguimos, con la paciencia debida, a punto de ver Más allá, Tánger en una de las ediciones de poesía más esmeradas y bonitas del panorama; la mejor, según mi amigo Zoki. De ello tiene en parte la culpa Juan Cerezo, al que llevo tratando desde hace muchos años y que ha cuidado, como editor de a pie, digamos, algunos de mis libros. Como en otros casos hicieron, con admirable profesionalidad (que es marca de la casa) Christina Sánchez y Josep Maria Ventosa.
Deseo a Beatriz y a Juan lo mejor. A ellos y a todos cuantos hacen posible que Tusquets Editores exista y que, además, lo haga con sobrada solvencia. De esa trayectoria insólita y cabal nos sentimos orgullosos muchos miles de lectores de este país. Que la fiesta, en fin, continúe.