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"Mi conclusión personal: no hay cosa más rancia y conservadora que la queja incesante. Y la queja es queja aunque el quejumbroso la embadurne de pomada contestataria. Estoy con Canetti: quien se queja, expresa que merece más y mejores cosas. Y estoy con Camus: di no a lo que te indigne, te irrite, te parezca injusto, pero no olvides decir a continuación sí, esto es, no olvides contribuir con algún elemento positivo. Si no, ¿qué has aportado? ¿Qué se puede aprender de ti, de tu trabajo, de tu quejumbre?"
Fernando Aramburu, en "No me gustó el discurso de Juan Goytisolo". El Cultural.