Me refiero a algunos libros leídos recientemente que debería haber reseñado por el mero placer que me deparó su lectura. No hace falta volver sobre lo ya dicho.
POESÍA
-Condición de refugio, de Jesús García Calderón (Alhulia).
-Las cuatro primeras entregas de El leopardo de las nieves. Libros de Clara Janés, Eliot Weinberger (traducido por Aurelio Major), Pedro Serrano y Ranjit Hoskote (en versión de Enrique Juncosa, codirector de la colección de Espacio Valverde junto a Andrés Mengs). Ya anuncian, por cierto, la segunda tanda.
-Dos libros de La Veleta: Un palacio suficiente, de Jesús Montiel, y Las horas grises, de Luis Bravo.
-El faedor de reis, de Antoni Tàpies Barba (Stonberg).
-La vocación suspendida, de Lauren Mendinueta (Difácil).
-Tres libros de Pre-Textos: Arqueologías, de Ada Salas, La bestia ideal, de Erika Martínez y Cantar qué, de Juan de Beatriz.
-Dos libros de Los Versos de Cordelia: Los hilos rotos, de Antonio Rivero Taravillo, y Vertical de ausencia, de José Teruel.
-La nueva edición de Fragmento, de Marta Agudo (Godall).
-Un libro de Visor: La luz que enciende el cuerpo, de Ioana Gruia.
-Las últimas entregas de José Luis Puerto: Topografía de la herida (Eolas), la antología Nombres de la mirada (Calambur) y Fulgor de madre (Diputación de Salamanca).
PROSA
-Agua y jabón (Apuntes sobre elegancia involuntaria), de Marta D. Riezu (Anagrama).
-La edad ligera, de Jacobo Cortines (Athenaica).
-Calendario, de Avelino Fierro (Días contados).
-El último romántico, de Tomás Pavón (Letras Cascabeleras).
-El diario de K, de Karmelo Iribarren (papelesmínimos).
Queda tanto por leer. Las últimas novelas de Álex Chico y Juan Ramón Santos, por ejemplo. Esto en prosa, que en poesía...