6.6.25

Dos reseñas recuperadas

Estas dos breves reseñas fueron escritas para que se publicaran en El Cultural. El tiempo ha ido pasando y... Ya sabemos que en los suplementos estas cosas pasan. Me duele, pero... Lo que no podía evitar era que aparecieran, siquiera aquí. 

DE NINGÚN SITIO A NINGUNA PARTE

La de Sánchez-Ostiz (Pamplona, 1950) es una de las huidas más apasionantes de nuestra literatura. “Siempre en fuga”. Sin remedio, por destino (para tipos como él debió acuñarse el término “animal literario”), empezó esa escapada como poeta, lo que nunca ha dejado de ser: ni en sus poemas, ni en sus dietarios y crónicas, ni en sus novelas, ni en sus ensayos.
En 2000 reunió su poesía (édita e inédita) en La marca del cuadrante (Poesía 1979-1998), libro de libros al que han seguido Fingimientos y desarraigosEl piano de Hölderlin y Espuelas para qué os quiero, todos en Pamiela.
Recuerda el prologuista sus versos: “Escribir de una vez por todas una verdad, / una sola”. Por caro que cueste, como refleja la leyenda de este hombre rebelde, ajeno a modas, capillas y compadreos (léase “Manuel de instrucciones” o “En recuerdo de Léo Ferré”).
“Somos siempre nosotros la materia más genuina de los libros que escribimos”, dijo una vez, y eso se constata al leer esta poesía escrita “con verdad”. La lógica de un viajero a lo lejano (“y donde ser por fuerza un extranjero”) y de un paseante por lo cercano: montes y bosques del Valle de Baztán, el interior de la Ciudadela… “En el camino”. De un emboscado solitario ―un outsider― sin casa (de la vida) ni patria (“ser de ninguna parte”, como su Juan Sin Tierra, porque “No hay sino errancia”), aunque en búsqueda permanente, al que acompañan personajes interpuestos tan atrabiliarios como él: vagamundos, navegantes, aventureros, jugadores, exiliados, traidores… Alguien pendiente de “las palabras perdidas” que darán forma a su mundo. La única ciudad habitable, su lugar más propio. El que representa a la perfección este puñado de poemas que conforman una suerte de inventario esencial de su obra. “El poema ese refugio para tiempos oscuros”.
 
Geografía de la ventura (Antología)
Miguel Sánchez-Ostiz
Edición y prólogo de Alfredo Rodríguez
Bartleby Editores, Madrid, 2024. 171 páginas. 15,00 €


MEMORIA DE LA MELANCOLÍA

De García Alonso (Pombriego, León, 1962) conocíamos su ópera prima Formas de seguir abrazando (publicado en Plasencia por Alcancía en 2016) y algunos poemas sueltos en antologías y revistas. Residió durante unos años en Extremadura y su vinculación a esa región ha hecho posible que la Editora Regional, que cumple 40 años, incluya este libro en su acreditado catálogo. En una edición preciosa, por cierto. 
Digamos cuanto antes que se trata de un libro logrado. Del fruto, diría, de una vida. O eso parece. “A fuerza de rodar la piedra es redonda / la vida”, dice citando al portugués Faria. Y que “lo que antes mirabas ya no existe”, un verso de Campos Pámpano. Tras el “El equipaje” (la madre), a modo de preludio, “El tiempo”, “La palabra”, “Fracturas” y “El paisaje gastado”, secciones en que se divide la obra, más una coda. 
En la primera, la memoria: de otras edades y ciudades (“Habitamos arquitecturas del azar”). “Pasó con asombro la vida / y ya es domingo, su tarde / nocturna y agotada. / Un espacio vacío”. Pesa en todo el libro la melancolía. 
En la segunda, la propia poesía: “Bajo la niebla las palabras caminan / como peces sin memoria”. La pasión por nombrar. Una forma de ser. “Escribir / es el oficio de la angustia”, afirma. “Trabajo con palabras que suenan / a lugares olvidados”.
La tercera, los muertos. De la amistad o de la guerra: “Digo memoria y aparecen”. “Están ahí”. 
En la cuarta, los páramos erosionados de Babia. Allí –“perdidos, siempre de paso”–, junto a los antepasados, trata de “Traducir la luz”. En un paisaje hermoso “de tan frío”. 
Termina con la “memoria del viaje”: el que lleva a su familia y a él, hijo de la emigración, a otra parte. Con naturalidad, poesía verdadera.

José García Alonso
Editora Regional de Extremadura, Mérida, 2024. 104 páginas. 10 €