Como cualquier lector, sé que cada poema o, por extensión, cada libro tiene su momento. No recuerdo haber leído en la revista Clarín los poemas de Jane Kenyon (1947-1995) que se publicaron, traducidos por Hilario Barrero, en un número de 2000. Mal año aquél, diré en mi descargo. Esta tarde, sin embargo, me sobrecoge su descubrimiento en De otra manera, la antología de la poeta norteamericana que edita Pre-Textos (¡qué olfato, Manuel!). "Para mí la poesía es siempre un lugar seguro, un refugio y lo ha sido desde que la estudié en la escuela primaria", dijo ella una vez. No otra cosa es ahora para mí. Parece mentira, como sugiere Barrero en su interesantísimo prólogo, que del sufrimiento vital de esa mujer haya surgido una poesía tan lenitiva. Uno se alegra, en fin, de haber encontrado aquí cobijo. Diría, con ella: "Tú siempre has pertenecido a este lugar". Sin duda.