28.10.08

Quilombo

Por fin he podido leer el nuevo libro de Santiago Castelo, Quilombo. Lo ha editado con pulcritud la sevillana Point de Lunettes. Me ha gustado ese "libro variopinto", como lo califica el autor.
De los poemas, me quedo con que dedica a Fernando Pérez, con La Habana al fondo. Rememora un viaje al que uno no quiso ir, de lo que me arrepiento. Me sigue pareciendo emocionante y precioso. También el que dedica al Cementerio Alemán de Yuste (la futura antología de poemas sobre ese lugar no deja de crecer). Es un honor acompañarle con un verso.
Me ha gustado mucho el del molino abandonado de Macotera. Por aquello de que uno frecuenta otro.
Es verdad que aparecen nombres de personas... Lo que importa, en todo caso, son los poemas no las dedicatorias.
Este es un libro, en fin, que nos ofrece un retrato perfecto de quien lo ha escrito. Es hondo, como él. Alegre y triste. Melancólico, sí, más que nada.