Bloom ha muerto. Del arrogante e influyente crítico aprendí algunas lecciones y recogí en este blog algunas palabras. Por ejemplo, sobre poesía española (que no era su fuerte): "Mi favorito es Cernuda. No sé por qué hay críticos españoles que no le aprecian. Para mí es uno de los dos mejores en lengua española del XX; es el poeta de poetas, increíblemente refinado".
"El gran poeta español es Góngora. Con él, los otros grandes exponentes del barroco, Lope de Vega, Calderón, Quevedo, crean un grupo de literatura tan poderosa y rica que combinado con el mayor genio de todos, Cervantes, producen un efecto abrumador en todos estos escritores de lengua española del XX".
"En realidad lo que yo llamo influencia es amor literario. Amor entre escritores pasados y futuros. La presencia del amor es vital para entender lo maravillosamente que funciona la literatura".
O: "El aplauso contemporáneo es a veces una muy mala señal del futuro carácter canónico de un poeta".
También me atreví a comentar su canónico libro Poemas y poetas (en traducción de Antonio Rivero Taravillo).
No creo que se haya ido uno más. Lo explica muy bien Eduardo Lago en El País.
Nota: La fotografía es de Ted Thai. ABC.