Se habla hoy en el ABCD de las Artes y las Letras, en la segunda parte de la encuesta realizada por Alfonso Armada a partir de la que hizo en 1939 la revista Paretisan review, de “nacionalismos literarios” y uno no puede evitar la comparación y piensa en lo que ha venido ocurriendo en la Comunidad Autónoma de Extremadura en los últimos lustros. Para mí que lo que aquí se ha hecho es todo lo contrario al aldeanismo que han ejercido con fruición otros, supuestamente más desarrollados que nosotros. Nuestra literatura, la de los extremeños que hablan y escriben en español o castellano, se ha abierto al exterior más que nunca y, en consecuencia, ha evitado el maldito ombliguismo y la torpe cerrazón. Era lógico: ¿qué íbamos a mirar aquí dentro? Con todo, a lo poco que merecía la pena mirar se ha mirado. Lo universal, en fin, ha vencido a lo, digamos, castúo y a lo cavernícola (otra versión de lo mismo) y ésa ha sido nuestra mejor respuesta a los siglos de incuria que aún nos contemplan.