30.9.08

Zoki

Fernando Valls publica en su blog un poema de Francisco Javier Irazoki. Y eso es siempre un feliz acontecimiento.

El olvido que seremos

He terminado el hermoso libro de Héctor Abad Faciolince que toma su título de un (presunto) soneto de Borges. Había aplazado su lectura varias veces a lo largo de los últimos meses, desde que me lo mandó Nahir Gutierrez. La última vez, este verano en la playa. Tras la desaparición del mío, me cuesta horrores leer libros sobre ese asunto: la muerte del padre. Espera desde hace años Patrimonio, de Philip Roth, por poner un ejemplo. Claro que el libro del colombiano es algo más que eso. Hay en él mucho de celebración. Creo, en fin, que es un libro necesario. Literatura con voluntad de tal, conviene precisar.
De entre muchas posibilidades, los hombre pueden dividirse entre los que han tenido o tienen un buen padre y los que no. Uno se encuentra, por suerte, entre los primeros. El de Héctor Abad fue un ser extraordinario, sin duda. No hace falta esa suerte de heroicidad para reconocer que uno también vivió al lado de un ser maravilloso. Aquí atrás, sin embargo, hablaba con una persona muy cercana que, ya en su vejez, aún respira por la herida causada -seguro que a su pesar- por un progenitor nefasto. Odiosas comparaciones mediante, Abad y Kafka.

28.9.08

Carta de Villanueva

Le costó a uno acercarse a Villanueva de la Serena. Qué pronto se acostumbra uno a lo bueno; a no tener que coger el coche cada día, por ejemplo. La amistad, que tan malas pasadas me ha jugado y sobre la que tantas dudas tengo, se impuso finalmente. El motivo de sobra lo justificaba. Se presentaba La vibración del hielo, el tomo del diario de Jordi Doce correspondiente a 1998. Forma parte de sus "años ingleses", los que pasara como lector de español en Sheffield y Oxford. Lo ha publicado Littera que, poco a poco, va reuniendo un catálogo interesante, con un criterio universal y abierto, nada extremeñista ni patriotero. En lugar de soltar una parrafada, preferí conversar con Jordi a partir de mis impresiones de lector. Vamos, que quien habló fue él, protagonista indiscutible de la noche. El público que llenaba el salón de actos de la Casa de Cultura villanovense disfrutó con los comentarios del autor y, como alguien destacó, más aún por el tono de voz y la dicción del poeta gijonés, y eso que, como no pocos de los presentes, las gargantas ya se resienten por culpa de los primeros atisbos del otoño.
Fue un placer saludar a viejos amigos como Juan Ricardo Montaña, Antonio Reseco (el editor), Simón Viola... Eso sí, el placer mayor está en leer las páginas de ese diario, un libro que es vida redoblada, vida más intensa, mejor vida (Doce opina que el escritor es "la versión afinada o mejorada del individuo"). La que queda escrita y, por tanto, tarda más en irse o ya ni siquiera se va nunca. Tal vez porque "al escribir apartamos la vista de la muerte".

No es país

"No es país para la sabiduría y el pensamiento. En esas circunstancias, a muchos les parece que es obvio que no hay nada que hacer y que es mejor el destino discreto de apartarse, de quedarse leyendo y escribiendo, enseñando y estudiando, y en definitiva resistiendo, una actitud que a fin de cuentas puede llegar a alcanzar una verdadera dimensión política y que recuerda el espíritu inicial de la filosofía en un sentido socrático: el individuo que pasea al caer la tarde y dialoga con los otros y les muestra la posible verdad de las cosas y espera que juntos la vayan construyendo". E. Vila-Matas, Dietario voluble.

27.9.08

Desde Granada

En medio de su habitual ajetreo, el poeta y fiscal Jesús García Calderón lee Desde fuera. Gracias, amigo.

25.9.08

Nueva reseña

El poeta Antonio Moreno me avisa de que ha aparecido una reseña de Desde fuera en el diario Información de Alicante. En el suplemento de Artes y Letras. La firma el también poeta y crítico Luis Bague. Su título, "Los rostros del viajero".
Por cierto, el propio Bague me hace llegar el texto completo que envió al periódico, donde -como suele ocurrir- han cortado las últimas líneas: "Más allá de las limitaciones de los géneros, Álvaro Valverde ha escrito una obra de madurez en la que a menudo hablan con voz nueva «palabras tan gastadas como amor, vida o muerte». No es éste el menor mérito de uno de los libros mayores de nuestra poesía reciente".

24.9.08

Una entrevista

"Hay que separar el grano de la paja"
"Por primera vez nos incorporamos a la poesía española con la oportuna puntualidad"

Simón Viola. Trazos. Hoy. 21/9/2008

Álvaro Valverde (Plasencia, 1959), acaba de dejar la responsabilidad de la Editora Regional y se prepara para volver en unos días al mundo de la enseñanza, como profesor de instituto [me incorporé a las aulas el pasado día 10 y soy maestro de escuela]. Aquí habla el Álvaro Valverde escritor, con gran proyección fuera de Extremadura. Es autor de una obra poética jalonada por títulos tan relevantes en la historia de la poesía española contemporánea como Territorio (Badajoz, DPDB, 1985), Las aguas detenidas (Madrid, Hiperión, 1989), Una oculta razón (premio "Loewe", Madrid, Visor, 1991), A debida distancia (Madrid, Hiperión, 1993), Ensayando círculos (Barcelona, Tusquets, 1995), El reino oscuro (Mérida, Editora Regional, 1999) y Mecánica terrestre (Barcelona, Tusquets, 2002).

Además de un volumen de artículos, El lector invisible (Mérida, Editora Regional, 2001) y un libro de viajes (Lejos de aquí. Mérida, De la Luna Libros, 2004), el escritor ha publicado hasta ahora dos novelas, Las murallas del mundo (Sevilla, Algaida, 2000, finalista del Premio de Novela Café Gijón), y Alguien que no existe (Barcelona, Seix Barral, 2004). Ahora ve la luz en Tusquets Editores su último poemario, Desde fuera.

Desde fuera recoge composiciones de un tramo temporal bastante amplio (como indica en una "Nota del autor", se componen entre 2000 y 2007). ¿Qué razón le lleva a espaciar tanto sus poemarios en unos años en que tan fácil es publicar libros?

Al principio, uno publicaba un libro cada dos años pero eso se acabó hace tiempo. Porque los años no pasan en vano y porque el ritmo de escritura se va ralentizando. Con ser importante, que lo es, tampoco puede uno centrar su vida en la poesía, como cuando era joven. El trabajo lo impide. Al menos el mío y a mí. Por lo demás, la poesía manda. Nunca la he forzado, ni creo que sea posible. Eso queda para los que escriben un libro cada rato y ganan un premio cada poco también, ya que esa rapidez productiva no hay editor que la soporte. Para terminar, puede que publicar un libro sea fácil; hacerlo en según qué colección, no tanto. Y uno hace tiempo que apostó por una de las mejores: "Nuevos Textos Sagrados", de Tusquets.

Desde fuera es, si no me equivoco, su libro más extenso (ciento ochenta páginas) y, si se compara con el anterior, una obra más diversa formalmente, con poemas extensos de versos amplios junto a composiciones escuetas de metro breve. ¿Tienen que ver estas distintas preferencias con determinados periodos temporales o más bien están relacionadas con los temas que comunican?

Sí, este es mi libro más extenso. De ahí que haya más variedad. Hay poemas largos (pocos) y breves (los veinte de la serie "Imaginario) aunque creo que predominan los de mediana extensión, por decirlo de alguna manera. El poema, claro, manda. Él da la medida. Me alegro, eso sí, de haber recuperado el poema breve, algo más que una mera cuestión de número de versos. Desde mi primer libro no había vuelto a escribirlos.

Como en títulos anteriores, domina en el libro la contemplación de determinados lugares (paisajes mediterráneos y del sur de España, ciudades europeas, ciudades y campos extremeños...). ¿Cuál cree que es el sentido más profundo de estas evocaciones espaciales en su obra?

He dicho muchas veces que lo espacial es más determinante que lo temporal en la poesía que ha escrito. Y ahí, la mirada y lo contemplativo. No en vano ese citado primer libro se titulaba Territorio y se abría con un epígrafe de resonancias bíblicas: "Hagamos de este lugar un territorio". En ello he estado. Un poema de Ensayando círculos, "Noción de lugar", aludía explícitamente a eso. Antes, a mediados de los noventa, leí en la Menéndez Pelayo de Tenerife una conferencia titulada también así donde abordaba ese apasionante asunto (en lo propio y en lo ajeno). Se abría con citas de Wallace Stevens y René Char que decían, respectivamente: «La vida es un asunto de gente y de lugares, mas para mí, la vida es un asunto de lugares, y en eso consiste el problema» y «La poesía es el mundo en su mejor lugar». También he dicho que el paisaje de mis experiencias es, en lo sustancial, el de Plasencia, mi ciudad natal, y los valles y tierras que la rodean. De ahí al mundo. De lo local a lo universal, como quería Torga.

Uno de estos lugares es el que se recrea en el apartado "Imaginario": composiciones paisajísticas de una Extremadura quemada por los tórridos veranos, con árboles sin "una hoja, ni un fruto, / que ofrecer a los dioses". ¿Piensa que, como dice en una de las composiciones, hay una correspondencia entre este paisaje y poeta, "tan esencial, acaso, como él, / como él, quizá, tan pobre"?

Esa serie, por decirlo al modo pictórico -que remite a la obra de Godofredo Ortega Muñoz-, es en realidad una poética. O, por decirlo de un modo pedante, esos versos son metapoesía. Al hablar de esos cuadros, del paisaje, reflexiono acerca de mi propia poesía. Además, tienen que ver con una circunstancia biográfica: lo que le costó asumir la Extremadura "seca" a un extremeño "del norte" como yo. No hace falta decir que ese concepto es mucho más que una anécdota de carácter geográfico o paisajístico. Para concluir, sí, hay correspondencia entre ese paisaje y yo. Es más, no podría existir la poesía que he escrito sin él.

El motivo del diálogo con otros creadores, en forma de "impresión de lectura", de "homenajes", o de evocaciones, está presente en los apartados primero y último del poemario, ¿qué diferencias ve en estas aproximaciones como para situarlas en bloques distintos de títulos antitéticos?

Uno es, antes que nada, lector. Al modo borgeano. De ahí esos homenajes o, quizá mejor, esas "lecturas" de otros poetas. Toda ordenación, en fin, es convencional. Puede que haya situado esos poemas en una parte u otra en función de si la mirada es hacia dentro o hacia fuera. Sólo eso.

En la relación de nombres propios a los que alude en los poemas parece predominar la poesía anglosajona sobre la latina. ¿Es cierta esta apreciación? ¿Cree que en su formación lectora tiene un peso mayor la tradición del norte de Europa?

Octavio Paz fue el primero en establecer esa relación, a propósito de los poemas de Una oculta razón. El crítico Miguel García-Posada ya dejó escrito en La nueva poesía (Crítica, Barcelona, 1996) que la poesía de uno "representa la continuidad de la tradición anglosajona, que tanto ha influido sobre parcelas sustanciales de nuestra lírica" y menciona a Cernuda, Gil de Biedma y, cómo no, a Claudio Rodríguez. Podría haber hecho alusión a Brines, otro de mis maestros. Matiza que la mía pertenece más a "la línea eliotiana". Si lo dice alguien tan informado, será por algo. Es evidente que he sido y soy un lector incondicional de esa tradición pero también que he sido un lector ecléctico. Nada en poesía me es ajeno. Ya he afirmado, por lo demás, que me gusta el rótulo de "poesía meditativa" que rescata Valente al hablar de Unamuno y que, yendo hacia atrás en el tiempo, enlaza, en lo europeo, con la poesía de Leopardi y de Wordsworth y en la poesía española con Manrique, Aldana, la Epístola Moral o San Juan de la Cruz. Pero en mi caso, de los clásicos, sobre todo con Cernuda.

Algunas de las composiciones ("Memoria de Andrade", "Cónsul en Riga"...) constituyen monólogos de un sujeto lírico, ajeno al escritor, que se dirige en primera persona al lector. ¿Qué aporta esta perspectiva distanciadora al poema?

Este es un viejo y práctico invento de otro "meditativo", Robert Bronwing. Un truco muy adecuado para mantener la "debida distancia" y huir de lo confesional, algo bastante patético en poesía. Lo he usado no poco. El último poema de Territorio tiene como protagonista precisamente a T. S. Eliot. Es, al fin y al cabo, otra forma de leer y de leerse.

Según las clasificaciones generacionales, usted pertenece a la "generación de los 80". ¿Cuál es el perfil de este grupo de escritores contemplado el fenómeno desde hoy y cuáles fueron los poetas extremeños que participaron en él?

El nombre se lo puso José Luis García Martín. Fue el título de una de sus antologías. A finales de los ochenta, cuando surge esto, uno se sentía muy solo en esa u otras antologías "generacionales" (polémicas al margen). En estos últimos años, sin que hayan variado sustancialmente mis convicciones poéticas, me siento mejor acompañado. Por Carlos Marzal, Vicente Gallego... Algunos de los que entonces militaban en la archifamosa "poesía e la experiencia" son ahora, y para bien, "meditativos" o "metafísicos". Lo importante -entonces, ahora y siempre- son los buenos libros. Los adjetivos sobran. O sirven, si acaso, para las batallitas juveniles y para la didáctica.

El grupo era, ya en serio, variado y contaba -cuenta- con poetas muy valiosos. Ha dado a la historia de nuestra literatura un puñado de libros que superarán el temible paso del tiempo.

En lo que respecta a los extremeños, creo que por primera vez que nos incorporamos a la poesía española (de la que somos arte y parte, no se olvide) con la oportuna puntualidad. En cuanto a la nómina, preferiría no hacerla. Ya se sabe que el personal lírico es de suyo sensible. Está, por otra parte, en los manuales, las antologías, las enciclopedias, los libros de texto... De nada sirven las trampas.

¿Cómo ve el panorama poético de la región? ¿Qué aspectos relacionados con la literatura –difusión, índices de lectura, crítica literaria...- presentan mayores carencias?

La precisión final de la respuesta anterior, más allá de la broma, da a entender que hay poetas extremeños importantes. La vista es magnífica, sin duda. Tenemos en activo nombres de tres o cuatro promociones que cuentan en el panorama nacional.
En cuanto a las carencias -y esto vale para la literatura en general-, tenemos que seguir ganado lectores (aunque se lee más que nunca y los índices suben gracias, entre otras cosas, a la impecable labor del Plan de Fomento de la Lectura); que promocionar y distribuir bien nuestros libros, aquí y fuera (algo que editoriales como Periférica o la Editora Regional, por ejemplo, ya vienen haciendo), y, en fin, que la crítica responsable (nuestra más grave carencia, sin duda) sea capaz de mostrar, con el debido rigor, ese panorama. Por nuestro bien. Hay que separar el grano de la paja. Y no se está por la labor, me temo. Nos puede la falta de criterio. Se lee cada disparate... Es paradójico que fuera reconozcan (en suplementos culturales de periódicos de ámbito nacional, en revistas literarias, etc.) esa excelencia que aquí se obvia o se silencia. Prima el elogio de la mediocridad, como ha venido siendo triste sino en esta tierra. Por eso algunos, tras el cierre de La Gaceta del Libro en Extremadura, esperábamos tanto de un suplemento como éste.

22.9.08

Bodas de oro

Ayer hubieran celebrado mis padres sus bodas de oro. Se casaron un 21 de sptiembre de hace cincuenta años. Hace veinticinco, cuando nos casamos Yolanda y yo, fuimos los cuatro a Portugal. Recuerdo muchos momentos de aquel viaje. Aunque mi padre faltara a la cita, sé que ellos siguen juntos. Más allá de la muerte.

21.9.08

Otro comentario

No conocía el blog de Julio César Galán. He llegado a él a través del de Álex Chico. Gracias por tu comentario. Y por la entrada que le sigue.

Desde Sevilla

Enrique Baltanás, en su blog. Gracias por anticipado.

Carta de Gijón

Vuelvo a una ciudad de la que aún no he regresado desde que llegué a ella la primera vez, hace veintisiete años. Por eso no ha dejado uno de frecuentarla, en presencia y de memoria.
No, no es la misma de entonces. Ni nosotros tampoco. Ya se ven cambios en las fachadas -edificios enteros cubiertos de cristales-, de cara a ese ambicioso proyecto destinado a cambiar la imagen urbana del paseo de El Muro, y no sólo. O entras en el Dindurra a tomar un café y ves que hay zona wifi. El Lucense también ha cambiado. Ahora es una bonita vinatería y ya no se sirven raciones al grito de "¡uuuna de puuulpo!" y "¡uuuna de pataaates!". La misma llegada, por "la minera", desde Mieres, te da una certera visión de un Gijón distinto.
Estuvimos allí durante el puente del Día de Extremadura. Al lado del Piles, camino del rastro dominical, vi a un tipo con una guadaña al hombro, y me sobrecogí. Para mí que era el fantasma de alguno o de alguna de aquí anunciándome la inminente siega.
Estuvimos con Tita y Maribel en Peñarrubia. No abajo, en la playa nudista, sino arriba, en la terraza del bar. Tomamos el sol (que no dejó de brillar esos días, contra todo pronóstico) y bebimos cerveza.
Porque de Gijón no hay manera de irse, ya decía, regreso estos días a través de las páginas que dedica a su ciudad natal Jordi Doce en su último libro. Para quedarse.

20.9.08

Reseña en Babelia

Abro Babelia, y, oh sorpresa, tambien se ocupan del libro. Esta vez, firma la reseña el crítico Antonio Ortega. No por largo, que eso ya no se lleva hace tiempo en el influyente suplemento de El País, pero sí con un texto ajustado y, además, elogioso. ¿Qué más se puede pedir? Obrigado.

Reseña en ABCD

Bajo al buzón a recoger los periódicos del día. Ya en casa, abro el suplemento cultural de ABC y me encuentro una página, la 19, dedicada a Desde fuera. Bueno, está ilustrada con una bonita fotografía de Sun Hongbin y debajo hay un pequeño anuncio de... Dietario voluble. La sorpresa, con todo, ha sido el hondo y preciso texto de Luis García Jambrina sobre el libro. Una alegría. El título que ha elegido para la reseña no podía ser más certero: "Lo que nos salva". Dan ganas de parafrasear a Clinton y añadir, "Es la poesía, imbéciles".

R. Taravillo lee "Desde fuera"

Centrado en otras ocupaciones -la semana ha sido muy intensa-, no he podido visitar, como suelo, las bitácoras que a uno le importan. El madrugón de hoy me permite ese paseo y, cómo no, sus previsibles sorpresas. Así, los poemas de R. Kanzen, que ha traducido Jordi Doce, o los de A. Thwaite, que ha vertido al español Antonio Rivero Taravillo. Estos dos poetas y, cuando está operativo, Martín López-Vega, me dan grandes alegrías, más que nada por la devoción que uno siente por la poesía inglesa (poco importa de qué país) que ellos traducen. Debajo del poema de Thwaite, precisamente, he encontrado un generoso comentario sobre mi último libro y algunas palabras de apoyo por la cosa del cese. Muchas gracias. Ah, la admiración es mutua.

V-M dixit

"Horroriza el nivel de ignorancia de este país y, sobre todo, de satisfacción con esa ignorancia. Es un país con mucha inquina y mucha mala leche, de escasa -por no decir nula- categoría moral. Y a mí me parece que si eres mínimamente culto, estás perdido". (E. Vila-Matas, Dietario voluble)

17.9.08

Del blog de Jordi Doce

Habla Jordi de la recepción de su nuevo libro, otro tomo de sus diarios, el de 1998, La vibración del hielo y, de paso, se acuerda de uno. Agradecido.

15.9.08

A GHB

Vista desde fuera y a debida distancia, ¿llega a kafkiana mi humilde peripecia?
Más allá, M. J. y yo nos quedamos con esa memorable frase de Nembrot, tan bien traída: «A lo más que se puede aspirar es a una forma elemental de decencia».

Hütte

Hace tiempo que uso como fondo de escritorio (anda, que el nombrecito) una fotografía de Axel Hütte. De Yuste, en concreto. Un paisaje de robles en medio de una neblina azulada. Descubrí al fotógrafo alemán hace unos años gracias a mi amigo Antonio Franco. Es una suerte que la Fundación Telefónica haya montado una exposición suya. Me han gustado mucho los comentarios que a ese propósito firman Alberto Martín en Babelia y Javier Montes en ABCD.

A la escuela

Hace veintitrés años, en un septiembre como éste, que me incorporé a mi primer trabajo como funcionario público. Fue, también como ahora, en el colegio público Alfonso VIII de Plasencia y, lo mismo que a partir de hoy, para cubrir una baja laboral. Aquélla iba a ser larga (como me dicen de ésta) pero duró tres escasos meses. Después (salvo otro periodo igual que pasé ese mismo curso en el colegio Miralvalle, cuando nació mi hija), empezó una itinerancia que me ha obligado a coger el coche cada día para ir al trabajo. Ahora estoy a unos cientos de metros y, por tanto, a menos de cinco minutos a pie. Antes, la semana pasada, a hora y media de ida y otro tanto de vuelta. Desde el tren, observaba la autovía de lejos y ya la echaba de más.

14.9.08

Desde Salamanca

La bibliotecaria Isabel Sánchez también se hace eco en su blog de la dichosa noticia. Muito obrigado, paisana.

Hoy

Esta mañana, camino del molino, comprobé que la anunciada entrevista del Hoy no estaba. Pensé mal, claro. Veremos.
Después de comer, he dado el paseo largo. Hacía mucho. Ha sido muy gratificante. Me he encontrado una herradura y la he tirado hacia atrás; para que cambie mi suerte, y eso que uno cree que ya ha cambiado, y para bien.
He pasado debajo del Barrado. Allí se inauguró ayer un monolito en recuerdo de tres asesinados en la guerra civil. Uno de ellos, don Severiano, el maestro. Estuvo Peces Barba. Íbamos a subir pero tenía pocas ganas de políticos, y no lo digo por el profesor de la Carlos III a quien profeso desde hace años una admiración sincera. Mi última entrevista de trabajo en la Editora fue con alguien que ha escrito un libro sobre los maestros depurados tras la guerra. Con el ejemplo de aquéllos (en la lista, por Plasencia, Felipe Núñez Tabares, el abuelo del poeta Felipe Núñez), cómo no va querer uno volver a la escuela.
Podría decir: quiero ser un moderno maestro a la antigua. Pues eso.

Otra conversación y una reseña

Esta vez es Simón Viola quien se ocupa de leer Desde fuera. Por largo, en la revista Encuentros de Lecturas. En el suplemento Trazos del diario Hoy, se publica un extracto de la misma y la entrevista que mantuve con el crítico.

Una conversación con Liborio Barrera

En El Periódico Extremadura. A propósito de Desde fuera. Hay una coda, forzada por la actualidad, que me importa mucho menos.

13.9.08

Álex Chico también opina

Una de la mayores alegrías de mi paso por la Editora se la debo a la publicación del primer libro de Álex Chico, tan bien acogido, como suele decirse, por la crítica y los lectores. Ahora le toca hablar a él. Gracias.

Envío

Esa batalla que querrías ganar es la única que tienes ya perdida.

Daniel Casado dixit

Agradece uno los muchos mensajes de apoyo y de ánimo que recibe en privado. Es lógico. Agradezco tanto o más las muestras de solidaridad (una palabra que alguien dijo que había que eliminar del diccionario) en público. Obrigado, Daniel.

11.9.08

Bernal: una reflexión

José Luis Bernal se ha tomado la molestia de hablar de mí en público. En una tribuna de Hoy. Gracias. Agradezco también, cómo no, los testimonios que estoy recibiendo en privado. Que conste.

Destitución, cese

Miro la foto que me hizo en Cáceres Francis Villegas y me veo mala cara. La ha elegido Miguel Ángel Lama para hablar de mí. Siempre es mejor que de uno hable otro. Ayer, en la que ilustraba la noticia de mi destitución (en el Hoy), tampoco era buena. La fotogenia no es lo mío, sin duda. Los dos, con todo, son rostros muy de estas penosas, vergonzantes circunstancias. Mejor no entrar en la casquería. Dejemos eso para ellos y ellas, como dicen que debe decirse. Sólo añadiré, por ahora, una cosa: vuelvo a ser libre. Para opinar y para criticar. Creen algunos que no he dejado de hacerlo. No se imaginan los sapos que he tragado.
Ayer, a mi vuelta de Mérida en el tren (el que tantas veces tomó Fernando Pérez), de donde salí clandestinamente como un deportado (sí, Josemari), en una pose tan triste como literaria, era eso lo que más valoraba. Recobra uno la libertad y eso es más de media vida. O debería serlo. O para mí lo es. Así me ha ido.

6.9.08

José Antonio

"Aquí entre nosotros también está José Antonio Gabriel y Galán. Desde algún lugar nos está mirando", dijo anoche en Badajoz Ana María Matute, cuando tomó la palabra para agradecer el Premio Extremadura a la Creación en nombre de los premiados.

5.9.08

Paseo preotoñal

Esta mañana, todas las mujeres llevaban rebeca.

En balcones y ventanas, ve uno ristras de pimientos rojos puestas a secar al sol. Para los guisos del inviernos. Una imagen, sin duda, de otro tiempo.

Es el primero que compra el periódico en Plasencia. Muy temprano, Marca en mano, se le ve leyendo mientras camina. Me recuerda a Fernando Castro Flórez y a su hermano Javier, los únicos que han leído en este pueblo mientras andaban por la calle.

4.9.08

Una llamada, una carta

En los tiempos del e-mail y el sms, le sorprende a uno que alguiien te llame al teléfono fijo o te escriba una carta. A lo primero recurrió Francisco Javier Irazoki que me telefoneó desde París para decirme que había leído Desde fuera. Se deslizan palabras que a uno le confortan, claro, y después hablamos de los viejos molinos de las familias de nuestras mujeres (otra cosa que nos une), de las reparaciones que han tenido que hacer en el tejado de pizarra y de los hijos (que ayudaron, por pedagogía, en el empeño) y, en fin, de cómo seguimos en la brecha, pergeñando a ratos algún que otro poema.
De lo segundo se ha servido Luis Javier Moreno para acusar recibo del mismo libro, con letra grande y redonda, tan clara como él.
Por usar una expresión muy del gusto de Bernardo Atxaga, estos amigos son gente "de verdad", no cabe duda. Y uno se honra de tenerlos, aunque sea lejos Y se alegra cómo no, de que llamen de vez en cuando por teléfono y de que escriban cartas que parecen sacadas de un archivo.

3.9.08

Productos

Un candidato a presidente de su partido habla de "vender el producto de otra manera", en clara referencia a las ideas políticas de los populares. Un actor denomina "producto" a la obra teatral que representa. Por suerte, no me imagino a ningún poeta llamando así a sus poemas. Todavía.

1.9.08

La Palin

No pocos hemos quedado deslumbrados por la belleza de la señora Palin, candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos de la mano del republicano McCain. A uno, mayormente, por las gafas. Me gustan las mujeres con gafas, como a Ginés Ayala.
De lo que nos advierte el maestro Alcantara, en su artículo de hoy, es de todo lo demás, que no es poco.

Luisgé Martín dixit

"En el sector editorial y en el mundo literario -un castillo de hombres cultos, de cultivadores de ese gran bien espiritual que es la lectura- se encuentra la mayor concentración de individuos biliosos, marrulleros, hipócritas, envanecidos, desequilibrados y tortuosos que conozco. Incluyéndome, por supuesto, a mí mismo".
Si él lo dice... Esto y algunas cosas más se pueden leer en un artículo que se publicó el sábado en Babelia. Su original título: "¿Leer sirve para algo bueno?". Muy ocurrente, sí. Vamos, que no hay por dónde pillarlo.