31.7.06

Regreso

Ya de vuelta. Sí, como quiere el tópico, lo bueno se termina pronto. Mañana, más.
Por hoy, baste decir que he recorrido por primera vez Cáceres-Plasencia por autovía. Aunque no se crea, me parece un modesto milagro. Nos lo merecíamos. Ya era hora.

14.7.06

Sur

Uno, al revés que el Eliot de La tierra baldía, se va en verano al sur.
Nos leemos de nuevo a principios de agosto. Dijo un famoso novelista de cuyo nombre no quiero acordarme que quien no veranea dos meses ni veranea ni nada pero uno, ay, sólo puede salir del pueblo quince días.
Me voy contento. Porque dejaré de rodar por nuestras queridas carreteras provinciales un par de semanas (Elías Paule me decía ayer con sorna que las parejas de motoristas de la Guardia Civil me saludarán al pasar) y por una agradable noticia que me ha dado esta mañana el HOY.
Hasta pronto.

11.7.06

Los poemas de cementerio

He aquí un libro soberbio: Los poemas de cementerio de Luis Cernuda. Está publicado por Devenir y es obra del poeta y estudioso extremeño José Antonio Llera. A esto se le llama leer. Y a su ensayo, lectura.

10.7.06

¿Vocación?

Sensibilizado por la visita papal (¡qué harto está uno de tanta hipocresía nacionalcatólica!) y debido a un atinado comentario de GHB, rectifico: no, no es "vocación" el término más adecuado para definir la atracción fatal que uno siente por la poesía. Dios no me inspira ni, en rigor, hay carácter religioso en esta afición (o vicio, vaya usted a saber). Aunque hay inclinación, no hay profesión o carrera a la que recurrir. No, es demasiado campanudo eso de la vocación. Dejémoslo, además de lo ya dicho, en simple y sencilla propensión. Sí, o en algo que tiene que ver con el carácter.

9.7.06

Aviso a navegantes

Uno lo tuvo claro (casi) desde el principio: comentarios, los propios. A pesar de que la mayoría eran bienintencionados, le vi pronto las orejas al lobo. Bueno, lobos lo que se dice lobos, en rigor, no había: a lo más, borregos. Lo advierte en su blog Vicente Luis Mora.

Siete razones y alguna sinrazón para escribir poesía

Para Isabel Sánchez, que me llevó allí


1.- VOCACIÓN
d
ecía el poeta valenciano César Simón que "la poesía es, antes que nada, un carácter", que "existe como una forma de vida". Unas palabras de su paisano y amigo Francisco Brines podrían complementar esa afirmación de estilo cernudiano: "El poeta sólo existe cuando escribe, y en los restantes momento es sólo el hombre que es". Por eso, nada más triste que ir “de poeta” por ahí. Uno no puede por menos que reconocer que entiende la poesía como una vocación y que su ejercicio tiene, en consecuencia, un componente de necesidad. Eso a sabiendas de que sopla cuando quiere.

2.- MÉTODO DE CONOCIMIENTO
No sé si el poeta nace o se hace, si la ciencia acabará demostrando que quienes escribimos poesía tenemos un determinado gen que nos impulsa a ello, lo que sí sé es que hace tiempo que la uso como método de conocimiento de mí mismo y del mundo.
Como José Ángel Valente, pienso que el poeta se constituye en torno a dos reinos: el de la memoria (la poesía busca ser memorable) y el de la visión (que prefiero denominar “de la mirada”). Si algo caracteriza al poeta es su capacidad para recordar (Wordsworth habló de la poesía como “emoción evocada desde la tranquilidad”) y su don de observación, ese estar atento siempre y en todo lugar que acaso le distingue del resto de sus congéneres.

3.- INMEDIATEZ
En dos sentidos. De un parte por su facultad para decir más con menos. Su economía verbal, su laconismo, su concentración, su cercanía incluso al silencio son virtudes que no poseen otros géneros literarios ni otras expresiones artísticas. Quitándole cualquier matiz ofensivo, bien podría hablarse de la pobreza como una de las bondades de la poesía.
De otra, por la rapidez con que llega al lector. En una sociedad global dominada por la prisa, ningún medio mejor para llegar al corazón y a la cabeza del hombre y de la mujer que leen.
Esa inmediatez no sólo busca la mayor exactitud sino, además, la máxima excelencia. No se puede olvidar que, por encima de todo, la poesía es lenguaje.
Un lenguaje no utilitarista o instrumental.

4.- CONSUELO
Relacionado con lo anterior, en todas las catástrofes –y hemos vivido en los últimos años algunas enormes- la primera reacción para mitigar el dolor es acudir a la poesía. Eso ocurrió en el atentado terrorista del 11 de marzo en Madrid pero también cuando este país clamó en contra de la injusta guerra de Irak.
Pero no sólo recurrimos a ella en medio de las calamidades colectivas, también lo hacemos dentro de nuestra propia soledad. Antes que nadie, el poeta.
Porque hay un temor que supera a cualquier otro, Gamoneda ha dado en el clavo al afirmar que “la poesía existe porque existe la muerte”. Eliot lo dijo de otra manera: “Todo poema es un epitafio”.
La poesía, en fin, es un trasunto de la serenitas humanista.

5.- LECTURA
Me considero, ante todo, un lector de poesía. Podría decir, incluso que la condición natural para mí es leerla antes que escribirla o, lo que es lo mismo, que sólo para ese fin puede que la escriba. Como a Jaime Gil de Biedma, la mención de la palabra "poesía" evoca en mí la imagen "no de un hombre escribiendo un poema, sino la de un hombre ‑yo‑ leyendo un poema". Digo, con Borges: "Que otros se jacten de las páginas que han escrito, / que a mí me enorgullecen las que he leído". Como él, también he imaginado el paraíso bajo la forma infinita de una biblioteca.
Recuerdo el verso de José Emilio Pacheco: "No leemos a otros, nos leemos en ellos". Ese me parece el sentido y la dirección del acto poético. El poeta se convierte en poco más que privilegiado primer lector de sus versos.

6.- POESÍA VERSUS PROSA
Aunque no sólo he escrito poesía, me gustaría que se me considerara, antes que nada, poeta. Ya se dijo: por vocación, es lo que he querido ser. Como Rosa Chacel, cuando escribí mis dos novelas. "decidí encerrar en la novela la poesía.". Eso es todo.
Todos mis libros remiten a un lugar común: un mundo propio, sí, pero habitable para mis lectores.
La misma precisión y claridad que busco para mis poemas es la que pretendo para mi prosa.
Mucho antes de que se me ocurriera escribir una novela, Octavio Paz dijo de uno de mis libros que “encerraba un argumento novelesco”. Lo que entonces me sorprendió, al cabo del tiempo me parece una lectura singular de un lector extraordinario.
En última (y en primera) instancia, uno escribe por necesidad y dice lo que tiene que decir del mejor modo en que pueda expresarlo. Más allá de los géneros.

7.- LA BENDICIÓN DE BABEL
La poesía es un hecho universal que no distingue fronteras ni separa culturas, al contrario. Está ahí, casi desde el principio de los tiempos, unida a la música (George Steiner la ha definido como “música del pensamiento”). La suya es una tradición de tradiciones.
Alguien ha dicho que es lo que queda después de la traducción. Paradójicamente, un poema es, en rigor, intraducible. Con todo, la poesía está por encima de los idiomas. Vence la resistencia de la palabra exacta y única. Precisamente Steiner se ha referido a la mezcla de lenguas que enriquece el mundo como la “bendición de Babel” y no como el bíblico castigo divino.

Y ALGUNA SINRAZÓN
La poesía es, en sí misma, una sinrazón. Para la inmensa mayoría, carece, como se dijo, de sentido práctico.
Habita desde hace demasiado tiempo “en las catacumbas, en el subsuelo de nuestra sociedad” (Paz dixit), ajena al público (no a los lectores, la “inmensa minoría” juanramoniana).
La prueba de fuego de su ínfimo precio (no hablamos, ay, de valor) es que está fuera del mercado, lo que, de paso, la preserva de la vulgaridad y el descrédito en el que ha caído la novela, sujeta, ésta sí, a los vaivenes comerciales y las cuentas de resultados. Según Enzensberger, eso la hace “incorruptible”.
Marianne Moore resume a la perfección lo que uno piensa acerca de esta sinrazón que denominamos poesía:

A mí tampoco me gusta; hay cosas más importantes que toda esta alharaca.
Al leerla, empero, con total desprecio, uno descubre en
ella, después de todo, un lugar para lo genuino.

(Este texto fue leído en un pinar de Arenas de San Pedro el pasado año, a finales de junio. Acaba de ser publicado por el grupo Pizpirigaña -su alma, Federico M. Nebras- con motivo del II Encuentro de Animadores a la Lectura.)

6.7.06

Hölderlin

quizá la locura
es el castigo

para el que viola el recinto secreto

y mira los ojos de un animal
terrible

José Manuel Arango
(Carmen de Viboral, Antioquia, Colombia, 1937. Murió en 2002).

5.7.06

Poesía colombiana del XX

No dudo en calificar de excepcional la antología La poesía del siglo XX en Colombia que ha publicado Visor en su colección La Estafeta del Viento al cuidado de Ramón Cote. Es difícil reunir una nómina de poetas semejantes, con una calidad tan elevada. Que por casualidad sean todos colombianos es un añadido que redunda en la extrañeza de la aventura.
A la mayoría los leo hace años. Con todo, por ser como son, sus poemas siempre parecen nuevos.
Me acuerdo, por ejemplo, que pedí Morada al sur, de Aurelio Arturo, a Juan Malpartida porque había una edición de ese libro único en Cultura Hispánica. Sin embargo, no recordaba haberme topado nunca con el raro Carlos Obregón, un místico que se suicidó en Mallorca a los 34.
Ahora, gracias a Pre-Textos o a Igitur, la poesía de estos ultramarinos es accesible.
Uno se dice: quién hubiera pillado un puñado de poemas así cuando empezaba. Sólo por eso, este libro podría ser considerado una joya. Siquiera sea en potencia.

4.7.06

Yuste

¿Por qué eligió morir en esta lejanía, y en medio de unos picos casi siempre canos? Un eucalipto centenario tiembla bajo el aire perplejo y sus ramas ofrecen la plegadura humilde del verdor.

El poema se titula "Yuste" y es de Jenaro Talens. Aparece publicado en el número 10 de la exquisita revista milenrama. Por cierto, entre los poetas, cuatro extremeños: Ada Salas, Basilio Sánchez, Antonio Méndez Rubio y José Luis García Martín.

3.7.06

Decoro

"Trágico es, efectivamente, no tener el simple decoro de sufrir principalmente por aquello que merece la pena sufrir". (Del blog de Jesús García Calderón)

2.7.06

Ópera prima

Conocí a sus abuelos (su abuela paterna está entre el grupo de amigas con las que sale mi madre los domingos), conozco a sus padres, a algunos de sus tíos (uno de ellos es el poeta Javier Pérez Walias), conozco a su novia y a los padres de ésta (Florentino, al que aprecio de antiguo, fue compañero de colegio, de pupitre en el instituto, de magisterio y de trabajo, en el Colegio Público de Montehermoso), pero no le conozco a él. Bueno, sí. Acabo de leer el primer libro de poemas de Francisco Fuentes (el Pérez no se incluye en el nombre artístico) y también le conozco, aunque no sea personalmente. Sé de él de una manera más sutil. No menos verdadera.
Se titula Tierra, territorio, casa y está publicado en la colección Brizna, de la Asociación Juvenil Argo, con una subvención de la Universidad de Sevilla. Fue premio La Mano Vegetal.
A pesar de lo que me dice en la nota que me llegó con el libro, no me ha molestado cierta coincidencia entre su título y el del primero de los míos. Al revés. Me alegra esa casualidad. Como me agrada comprobar que hay poesía y hay poeta, en este orden. Como a su tío Javier, que ha escrito un hermoso prólogo para su ópera prima, me alivia saber que nuevos nombres y nuevas obras vienen a continuar el camino que algunos emprendimos hace años. En Plasencia o en cualquier parte. Como dice en la nota a que aludo, es sólo un joven más que "busca la verdad sobre sí mismo y sobre el mundo en la poesía". Suerte. Y santa paciencia.

Inéditos

En el número 13 de la revista El coloquio de los perros aparecen dos poemas inéditos de uno. Por si a alguien le pica la curiosidad.

Auden dixit

"Ser libre/ es a menudo estar solo", escribe Auden en su magnífico poema "Memoria de Sigmund Freud". Está incluido en la antología que bajo el título Canción de cuna y otros poemas ha preparado Eduardo Iriarte para Lumen.

Paradoja

Si no fuera porque detesta las frases hechas (y el lugar común), adjudicaría a Gonzalo Hidalgo Bayal esa de «sabe latín», por ambigua que sea. O precisamente por eso.

Pessoa por Lourenço

Muy interesante me ha parecido también la reseña de Antonio Sáez Delgado que publica Babelia sobre el libro Pessoa revisitado, del portugués Eduardo Lourenço (Premio Extremadura a la Creación 2006).

1.7.06

Modernos

Pregunta Javier Rodríguez Marcos a Pablo García Baena en una entrevista que publica hoy Babelia, “¿Por dónde cree que va la poesía joven?” Y el poeta cordobés responde: “Va por muchos sitios porque hay muchas sendas, pero todas conducen a lo mismo: a tratar de hacer algo que perdure. En lo que no estoy de acuerdo es en que hay muchos poetas que parecen nacidos en Estados Unidos. Como todas las modas, tiene que ser pasajera, pero ya se está haciendo un poco pesada. Que todo ocurra en Conneticut... No lo entiendo. ¡Lo de la generación beat es una cosa tan antigua! ¡Si es más antigua que Cántico, que ya de por sí es una antigüedad!”

Premios de nuevo

Por aquello de que el asunto de los premios literarios no tiene fin, Enrique Baltanás vuelve sobre ello en su blog, en la entrada Para una sociología de los premios literarios.