28.8.06

Arquitectura

Quienes me conocen o me leen saben de mi vieja debilidad por la arquitectura. Por eso me encantan las entrevistas con arquitectos que, sábado sí y sábado también, se publican, por ejemplo, en Babelia; casi todas firmadas por Anatxu Zabalbeascoa, una persona capital en lo que a la divulgación de ese arte constructivo se refiere. Esta semana conversa con el holandés Felix Claus y este hombre lleno de sentido común, dice cosas que a mí se me antojan el colmo de la sensatez. "En Holanda -comenta- la gente está volviendo a las ciudades. Se han hartado de la piscina, el garaje y el perro y prefieren la vida de barrio, ir al colegio caminando. La ciudad sigue siendo el mejor lugar para vivir. Los suburbios terminarán por matarnos". Aquí estamos justo en lo contrario, pero me temo que ya llegará. Lo que no sé es si habrá tiempo de recuperar para entonces los centros perdidos.

27.8.06

Poetas en Barcelona



Tres poetas extremeños en Barcelona, en el mítico Els quatre gats. De izquiera a derecha, María José Flores, Efi Cubero y Antonio María Flórez. Los tres tienen libro en la Editora Regional de Extremadura. Bueno, el de Antonio María está a punto de salir. La primera vive en Italia, el segundo en Colombia (aunque ahora trabaje como médico en Cataluña). Efi, perfecta anfitriona, es la única que vive allí. Las risas dan fe de que su primer encuentro personal fue un éxito. ¡Salud, amigos!

26.8.06

Entradilla

El artículo sobre Fernando citado en la entrada anterior llevaba una entradilla que no aparece en la edición abecedaria de papel. Por su interés, y gracias a la gentileza de Miguel Ángel Lama, la reproduzco a continuación:
"El 15 de agosto de 1995 ABC publicó unas líneas escritas por quien suscribe dedicadas al libro de Fernando Pérez Marqués (1919-1993) Postales de andar extremeño (1995 y 2004, 2ª ed.). A su hijo, Fernando Tomás Pérez González (1953-2005), hizo mucha ilusión que en las páginas en las que su padre había colaborado durante años se publicase —Santiago Castelo mediante— una reseña de aquella obra. Once años después, es un privilegio honroso pero triste volver a estas páginas para rendir homenaje al amigo desaparecido (26-8-05), a otro escritor pulcro y meticuloso como su padre, a un editor exquisito y honrado".

Fernando, un año



Hoy hace un año que murió Fernando Pérez. Parece mentira. Y no sólo porque ya hayan pasado trescientos sesenta y cinco días.

Miguel Ángel Lama le dedica un artículo en ABC: Página nueva para Fernando T. Pérez.

24.8.06

Ironía

Me lo suele repetir de vez en cuando mi amigo Santiago Antón: "no sean tan irónico, que no te entienden". Le voy a pasar la frase a Juan Manuel de Prada.

Sincericidio

Juan Carlos Ortega: ¿La sinceridad está bien, o es una coartada para decir maldades?

Maitena: Yo he heredado de mi madre algo que mi marido llama sincericidio, que es una mezcla de sinceridad y suicidio y que a veces se parece peligrosamente a la maldad.

(De El País)

21.8.06

Cartas

Del desconcertante presidente Zapatero, me sorprende especialmente su debilidad por el escritor Suso de Toro. Más teniendo tan cerca a un puñado de magníficos escritores en su León natal.
En un alto de nuestra habitual ruta sabatina, me preguntó Gonzalo si había leído en la sección de Cartas al Director de ABC una suya. No era el caso. La leí más tarde y pensé que las cañas habían hecho seria mella en mí. Tan mareada (y mareante) me pareció. Sí, de tan mal escrita, podría pasar por apócrifa. Hoy desvela Juan Manuel de Prada el misterio: fue el director de ABC, Zarzalejos, quien la manipuló para que los lectores así lo creyéramos. Delirante.

Confesión

"Fiel al destino que me tracé en un momento, momento decisivo que ya no podría destacar, no fui ni seré otra cosa que un poeta. Les pido encarecidas disculpas por mi insistencia".

Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935)

18.8.06

Pecharromán

Este pintor con museo propio (en Pasarón de La Vera, Cáceres) me tiene desde hace tiempo intrigado. Confieso que no he pasado nunca por allí, aunque he escuchado a varios el mismo relato: van, pagan, entran y pronto son informados de que, oh casualidad, se encuentra en la casa su dueño y señor, quien da nombre al lugar, que les acaba atendiendo amablemente durante la visita.
No puedo extenderme sobre los pormenores de mi obsesión por don Ricardo Pecharromán, como le denomina su propia página web. Una visita a la misma (no digamos ya a su museo) despejará el misterio. Para ver parte de su obra basta con pinchar en las sucesivas exposiciones consignadas (sección verde).
Con todo, no me resigno a transcribir parte de la nota de prensa publicada con motivo de su última exposición, denominada, como todas las suyas (las encabeza siempre con su nombre y lo que toque o convenga), "Pecharromán y Mozart. Diálogo de la pintura con la música desde la posmodernidad". La cita dice: «Ricardo Pecharromán presenta una colección de ejecución rápida, vitalista, de primera mano, como si cada obra rehuyera de ser pintada en más tiempo, pero "con largas jornadas de pragmatización en el pensamiento como si el tiempo no transcurriera para afrontarla", ha informado el Museo». Pues eso. Pasen y vean.

15.8.06

Crónicas berlinesas

El domingo empecé a leer en el molino las Crónicas berlinesas de Joseph Roth y me gustaba tanto lo que leía que dejé una parte del libro para hoy. Estoy deseando sentarme bajo la parra, en el mismo sitio. Espero que la celebración familiar (toca cumpleaños de sobrino, un buen jaleo) no me lo impida. Por otra parte, como me da tanta pena que se termine...

14.8.06

Veracruz

Con permiso de Vila-Matas, siempre me pareció un excelente nombre de puticlub. Hasta hace poco colgaba ese rótulo de las ruinas de uno que debió existir a la salida de Talavera, en dirección a Plasencia. Esta mañana he reparado en que ya no estaba. Poca cosa. Sólo eso: un nombre.

PS. No haría falta especificar que ese nombre remite a la portuaria ciudad mexicana y que, en consecuencia, carece de cualquier connotación religiosa. Que conste, por si acaso.

El delirio

Uno ve y escucha, pero no comprende. Ah, el delirio. Aznar entrevistado en la BBC.

13.8.06

De una conversación

JUHANI PALLASMAA."(...) La luz es buena, pero como el agua, con exceso, aniquila. Mis ojos no aguantan el exceso de luz, siempre busco la sombra. Y vivo en un país sombrío. Como dijo Louis Kahn: la persona con el libro busca la ventana.

ANATXU ZABALBEASCOA. Su punto de vista puede parecer nostálgico.

J. P. No creo que admitir el lado melancólico y nostálgico de la vida sea regresivo. Hoy ser melancólico es ser radical. Permitir que la muerte esté presente en nuestro pensamiento y en nuestra cultura sería considerado radical, y no nostálgico (risas).

(La entrevista completa con el arquitecto finlandés se publicó ayer en Babelia, del diario El País.)

12.8.06

Españas

Anda uno leyendo la biografía de Antonio Machado, aquél que dijo: "Una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón". Por paradójico que resulte -ahora que arde Galicia por los cuatro costados-, cada vez está uno más convencido de que la división entre españoles no es sólo cada vez más patente sino incluso inevitable. Hemos retrocedido unos cuantos decenios en unos pocos años, Aznar mediante. Por eso, dándole la vuelta a la cruda realidad, uno piensa de nuevo en ésa que algunos -Trapiello, por ejemplo- han denominado la "tercera España". No es la de Zapatero, ay. No todavía. Puede que si le dejaran... Según creo, no se trata tanto de recuperar el centro perdido (una vana quimera, una entelequia política) ni de reinventar la derecha liberal y civilizada (¿existió aquí alguna vez?) ni de moderar, en fin, (por la "tercera vía") a una izquierda en rigor inexistente cuanto de imaginar un país de verdad europeo, moderno y democrático. Vamos, la España que (casi) nunca existió. No estaría mal empezar por la asignatura antes citada. Ante todo, de formar ciudadanos se trata.

Educación para la Ciudadanía

No está uno muy savateriano últimamente, pero su artículo de hoy en El País sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía, titulado En defensa propia, es excelente. Lo suscribo al completo. Éste sí es mi Fernando.

11.8.06

Azúa dixit

"Las razones del viaje son, creo yo, el agujero negro de la razón contemporánea. Juro por Dios que no añoro viajar solo, ni ir a la playa solo, ni evitar el contacto con el populacho, como estará sin duda deplorando nuestro catón cejijunto, pero no alcanzo a entender por qué la gente se lanza a lugares tan lejanos y tan caros cuando es incapaz de describir lo que tiene delante de las narices.
(…)
Al lado de casa se esconde lo desconocido, lo que Freud llamaba “lo siniestro” y que no es siniestro sino sólo aquello que se esconde detrás de lo doméstico y conocido, lo que ya no vemos de tanto tenerlo ante los ojos. Soria puede ser más exótica que Tailandia para quien aún sabe mirar con atención".

De La muerte de un viajante (1)

10.8.06

El blog de Jordi Doce

Mi buen amigo Jordi Doce acaba de abrir bitácora en internet. Doy por hecho que sus comentarios merecerán ser leídos. Hay pocos poetas como él en España. Y menos traductores. También es uno de nuestros más lúcidos ensayistas. Por todo esto y por muchas cosas más, uno se alegra. Que dure, Jordi.

9.8.06

Escapada

Ayer mañana me acerqué hasta El Barco de Ávila, Valle arriba. Me gustan estas breves escapadas en solitario por carreteras secundarias. Me permiten volver sobre paisajes cercanos, sí, muy vividos. No en vano recorrí a diario (laborable) el trayecto que separa Plasencia del pueblo de Jerte durante años. Tras cruzar el puerto de Tornavacas (antes tomé un café en un ventorro), me acerqué hasta Solana. Quiero subir con mi hijo a la laguna y aproveché para rememorar otras visitas. ¡Hace tanto! Uno era joven (de verdad) entonces. Y ayer cumplí 47.
Mientras atravesaba los pueblos y comprobaba que las casas de campo han transformado esos parajes, pensaba en lo diferente que resulta el veraneo interior de ese otro de playa que algunos, esporádicamente, practicamos. No me cabe la menor duda: éste es más descansado. Reparador de verdad. Aquí residen la tranquilidad y el silencio. A uno le gustaría compatibilizarlos. No puede ser.
Barco, como decimos en casa, es uno de mis lugares predilectos. Había mucha gente por las calles: al parecer están en fiestas. Aproveché para regalarme un libro. Pregunté en la ferretería por llaveros de latón. Perdí en la plaza de Zalamea uno que me habían comprado allí hace años. Ya no los pedimos, comentó para mi tristeza el dependiente.
Di una vuelta, curioseé y, tras disfrutar un rato del fresquito (casi diez grados menos que en mi pueblo), tomé el camino de vuelta. El día se había torcido a media mañana, pero este viaje a la belleza y a la memoria lo enderezó. Sin duda.

6.8.06

Mi particular homenaje

VISTA DE CIUDAD CON TRANSATLÁNTICO

Para Marcelo Martínez

Buenos Aires, 1936, en una imagen
tomada por Coppola. Se ven
paredes traseras sin ventanas
muros manchados por el óxido,
balcones con la ropa tendida,
azoteas con depósitos grises,
tejados de naves comerciales
y almacenes del puerto. En medio,
cables, tuberías, pararrayos.
A lo lejos, y cerca de los muelles,
avanza, entre majestuosa y elegante,
la silueta de un viejo transatlántico.
A bordo, tal vez en sus bodegas
o en uno de sus secretos camarotes,
entre millonarios y hombres de negocios,
divas de ópera, espías y cantantes
de gira por América o modestos viajeros
sin pasaje en primera, alguien que huye.
Puede ser extremeño. De Trujillo.
Sujeta su equipaje
y espera el desembarco.
En su cabeza se mezclan los recuerdos
y se siente confuso. No sabría decir
si apenado o dichoso. En todo caso,
la travesía ha sido larga y él es alguien
que siempre ha vivido tierra adentro.
Cruzar un océano es algo más
que traspasar una frontera.
Cabría preguntarse
si es un cobarde en plena huida
o un desertor en su escapada
o sólo un emigrante que al marchar sobrevive.
Un toque de sirena, el movimiento
de otros pasajeros, una música
que apenas se hace oír entre el bullicio,
le instan a salir. Ya fuera, observa
gastadas guindalezas, adoquines brillantes
y una fila de taxis alineados que esperan.

Al bajar la escalera, ve de nuevo la vida.

(De Mecánica terrestre, 2002)

Fervor de Buenos Aires


© Sarmiento y Diagonal Norte, 1936, de H. Coppola

Como casi todos, uno odia los centenarios. A veces, sin embargo, les encuentra sentido. No me parece mal, por ejemplo, que Buenos Aires celebre (con él vivo) los primeros cien años de Horacio Coppola, quien, acaso, mejor haya fotografiado esa ciudad; en especial las luces y sombras de sus calles en los años treinta del siglo pasado.
Conocí in extenso sus fotografías gracias a Juan Manuel Bonet y al magnífico catálogo que se editó cuando expuso en el IVAM.
Cuentan que cuatro años después de la aparición de Fervor de Buenos Aires, Coppola paseó con Borges la ciudad de calles empedradas y charcos estancados. Sobre uno de esos pequeños espejos de agua, se proyectó la silueta de una casa típica del barrio Palermo. El ojo avizor de Coppola recogió esa "poesía" en una instantánea. Borges, al verla, no dudó: "Esto es Buenos Aires", dijo.

4.8.06



Esta ha sido una de las lecturas del verano. Compré el libro en Cádiz. Son versiones de poemas de Goethe que ha vertido al español, con maestría, el polígrafo sevillano Enrique Baltanás. Una delicia.
“Ya el único consuelo de mi vida/ es llorar lo perdido para siempre”, “Tan sólo quien conozca la nostalgia/ podrá reconocer lo que me pasa” y “Espera, que muy pronto/ alcanzarás la calma”, son algunos de los luminosos versos de esa antología que subrayé con lápiz.

2.8.06

Castelo



Me sumo al homenaje que brinda Malama a Santiago Castelo. Uno también se ha alegrado mucho. Sobre todo por algo que indica Miguel Ángel: "Su etopeya valdría para apuntalar para siempre los criterios por los que se conceden las medallas de Extremadura". Sea.

1.8.06

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Lugares del Otoño
Álvaro Valverde


Plasencia, Madrid, Brujas, Bruselas, Rotterdam, Toledo, Yuste y Deventer son las ciudades que inspiran este breve pero intenso poemario de Álvaro Valverde (Plasencia, 1959), en el que el otoño se alza como protagonista («Bajo la leve niebla de noviembre / llueven hojas en esta calle anónima, / sin nombre para mí que la paseo / en busca de un diario y de un café», y como marco donde el poeta nos transmite sentimientos y sensaciones, en un ejercicio de flâneur del que nos hace partícipes. Álvaro Valverde capta a la perfección el espíritu de cada ciudad evocada en unos versos en los que vuelve a dar cuenta de que es una de las voces fundamentales de la lírica española de hoy. Para el escritor extremeño, la poesía y la literatura no es un mero juego o entretenimiento, sino que implica una carga de profundidad, pues como bien señaló el propio Álvaro Valverde, autor, entre otros títulos, de los poemarios Una oculta razón y Mecánica terrestre, de las novelas Las murallas del mundo y Alguien que no existe, y de la colección de artículos El lector invisible? «la poesía existe como una forma de vida» y «un método de conocimiento de mí mismo y del mundo».

Carmen Rodríguez Santos, ABCD las artes y las letras, 22 de julio de 2006

Lugares del Otoño
Álvaro Valverde
Ultramar. Santander, 2006
17 páginas