Mi buen amigo Jordi Doce acaba de abrir bitácora en internet. Doy por hecho que sus comentarios merecerán ser leídos. Hay pocos poetas como él en España. Y menos traductores. También es uno de nuestros más lúcidos ensayistas. Por todo esto y por muchas cosas más, uno se alegra. Que dure, Jordi.