29.2.08

Europa

Por si alguien quiere releer la primera edición de Europa, de Julio Martínez Mesanza, que ahora cumple veinticinco años. Enhorabuena, poeta.

Noticias de la Editora

En lo alto del famoso edificio La Torre de Mérida (un armatoste pretencioso de 18 plantas o así) hay un enorme cartel publicitario con la palabra "ocaso". El anuncio de la compañía de seguros impresiona. Por lo premonitorio, mayormente. En los bajos, justo encima de un supermercado de la cadena El Árbol, donde hubo una conocida consultoría, está desde principios de año la nueva sede de la Editora Regional. La dirección: Almendralejo, 47. Su recién estrenado número de teléfono termina bien: 924 02 74 69.
Tiene uno un despacho tan flamante como bancario con luz artificial y vistas a ninguna parte que alegran un par macetas (una de ellas falsa), un lienzo con paisaje extremeño de Damián Flores (que tengo, ay, a mi espalda), la fotografía de Vicente Novillo con la Biblioteca emparedada de Barcarrota y una estantería con libros.
El resto del equipo está en una sala espaciosa con otro despacho incluido. Nos vamos adaptando. Ha sido un poco penoso el traslado, eso sí. Qué mudanza no lo es. Allí estamos, en fin, para lo que gusten mandar. Y para recibir la visita de ese puñado de escritores, investigadores y amigos que nos frecuentan (o no).

Vila-Matas dixit

(España) "No es país para intelectuales".

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Ayer por la mañana me recordó José María Peña que no venía por aquí desde el día 15 y Pilar Galán, por la tarde, que hacía demasiado que se encontraba con la entrada sobre Eugenio Montejo. La vida, ya se sabe. Bueno, quien de verdad sabe de eso es el poeta ibicenco Vicente Valero que acaba de publicar en Pre-Textos Diario de un acercamiento. Su lectura me ha acompañado esta última semana. Empecé del tirón y las mil cosas que se van cruzando por el camino me han impedido seguir a ese ritmo. Un ritmo, por cierto, que viene dado por el libro mismo; espléndido, como diría el maestro Castelo. Se divide en tres partes. En la primera, "Hojas de verano" el protagonismo corre por cuenta del citado verano, de la isla (y sus playas) y de la infancia. En la segunda, "Los apuntes del paseante", se impone la reflexión. Sobre el paisaje, el color, lo insular, la nieve... Termina con unos aforismos sobre el "oficio" de escribir, sobre la poesía, la mar de interesantes. Sólo la "Poética del paseo" valdría por un libro. En la tercera, "Cuaderno provenzal", aparece la mirada del viajero en medio de un paisaje emblemático. En fin, ya digo, una gozada. La mejor introducción a su inminente Días del bosque, premio Loewe de este año.
Por cierto, y termino, me espera el cuaderno (cada vez más gordos y bonitos) de Juan Antonio González Iglesias, de su conferencia y su lectura en el ciclo Poética y Poesía de la Fundación March. Otro poeta, el salmantino, que avala la vitalidad de ese premio.

15.2.08

Eugenio Montejo

No es la primera vez que traigo aquí a Eugenio Montejo. Admiro su poesía desde hace mucho. Ahora aún más, después de leer El cuaderno de Blas Coll (Pre-Textos) .
Se lo dice hoy en El País a Javier Rodríguez citando un consejo medieval (del Conde Lucanor, como él precisa en el Cuaderno de su heterónimo): "Ponello en las menos palabras que puedan ser. Eso es la poesía, ¿no?" Sin duda.
Ese libro encierra una intensa reflexión sobre el lenguaje. Puede que algo delirante, sí. Cosa de los alegres trópicos. Tal vez por eso he tenido muy presente mientras lo leía a mi amigo Gonzalo.
Ah, entre los sonetos de El hacha de seda, una joya: "Borges y él".

10.2.08

Zagajewski sobre Schulz

"Schulz nació en Drohobycz, una ciudad tan modesta como su persona. Su imaginación vivía en Drohobycz, y la imaginación es increíblemente ladina. Es capaz de ensalzar un objeto material real de un modo enormemente ambiguo. Es capaz de enaltecer, aumentar, glorificar y embellecer. Sin embargo, al mismo tiempo, el embellecimiento y el elogio son la fuga más sofisticada, ¡la trampa más elegante del mundo para abandonar nuestra adorada ciudad! Al transformar en un lugar extraordinario y divino la sucia y abarrotada Drohobycz, en la que seguramente sólo eran verdaderamente hermosos los jardines medio silvestres, los huertos, los cerezos, los girasoles y las verjas enmohecidas, Schulz pudo despedirse de ella, consiguió abandonarla.
Logró fugarse al mundo de la imaginación sin ofender a la pequeña ciudad, elevándola, por el contrario, a cumbres singulares. Ahora, hasta Nueva York sabe un poco de Drohobycz, de una Drohobycz que ya no existe; todo a causa de los disparatados subterfugios de la imaginación de un profesorcillo de arte y manualidades".
(De El otoño al acecho, Minerva, Círculo de Bellas Artes de Madrid)

9.2.08

Lectura

«En estos últimos años se ha hecho en Extremadura una labor muy estimable de fomento de la lectura, lo contrario que en Valencia, que apenas se ha hecho nada».
«El problema de Extremadura es que tiene una población rural de gente mayor a quienes no se puede reciclar».
Antonio Mª Ávila, Director ejecutivo del gremio de editores y libreros (Diario La Rioja).

7.2.08

Del paseo

Hoy me he traído del paseo tres apuntes. A saber:
1.- Sin poder evitarlo, he leído del tirón el último libro de mi viejo amigo Vicente Gallego, Si temierais morir. Desembarca con él en Nuevos Textos Sagrados de Tusquets. Contiene algunos poemas memorables. Con todo, pide a gritos nuevos asedios, sobre todo en lo que respecta a la segunda parte. Luego, sin maldad, me digo: Ay, Vicente, si hubieras escrito y publicado este libro en los ochenta... Y él, seguro, me entiende.
2.- He aquí un libro necesario. Otro. Hablo de Aforismos, de JRJ, editado (en más de un sentido) por el juanramoniano (él sí) Andrés Trapiello. Está en La Veleta. Una maravilla, ya digo. Qué tipo aquél. Y qué reflexiones éstas. He dejado el ejemplar lleno de subrayados a lápiz. Es un libro interminable. De obligada lectura.
Si tuviera que rescatar una sola frase, me quedaría con esa que dice: "El acto de llorar es un acto poético". Para conformarme.
3.- En el inmenso batallón de los presuntamente preteridos y presuntamente ninguneados, hay escritorzuelos y poetastros de todas las ideolojías (sic). Del ácrata al popular (fachas inclusive) pasando por el socialista (en cualquier variante). "Las apariencias -cito al cansado de su nombre- no engañan".

La inquietud de las estatuas

El título me recuerda al del ensayo de Álvaro García (por cierto, he releído su Intemperie y me ha gustado aún más que otras veces). Es un libro del jovencísimo (1984) Julen Carreño (premio "Antonio Carvajal", Hiperión) del que había leído, por aquí y por allá, comentarios elogiosos. En exceso, diría. A uno, sin embargo, y a falta de la debida relectura, no le ha parecido ese no va más anunciado por otros. Cosa mía.
Me sorprenden, eso sí, sus rastros extremeños. A saber, la referencia a la Casa de las muñecas de Garganta la Olla, a "Aquel julio en el Valle del Jerte" o a "la pequeña verata" del poema LXIII (de una truculencia algo ofensiva). El volumen se cierra con los versos de José Antonio Gabriel y Galán grabados en su lápida.
En el currículum del muchacho se advierte que con un libro anterior ganó el premio "Jóvenes Artistas", Ciudad de Cáceres.

3.2.08

Autovía

Mis viajes laborales se han hecho un poco más cortos gracias a un nuevo tramo de autovía. A la vuelta, puedo vislumbrar una bonita vista inédita de Plasencia.
Entro y salgo por la vía que llaman en los paneles "Plasencia centro". Quien acceda por ahí se encontrará con la peor de las entradas posibles, aún más desaliñada que la antigua (ahora "Plasencia sur"), indigna de cualquier pueblo y no digamos de una presunta ciudad. Se podrían haber tomado medidas. No creo que su inauguración haya pillado por sorpresa a las autoridades municipales. Por ejemplo, adecentar las cunetas de la carretera de Montehermoso (el carreterín en el que se desemboca), colocar nuevos y más vistosos carteles y, en fin, dar un poco de lustre a esos parajes de las afueras. La estrechez del recorrido (de muy pocos kilómetros, por cierto) y lo tortuoso del mismo (con rotonditas cada poco) ocasionarán atascos de importancia. Lo peor, con todo, son los andurriales por donde discurre. Para ir al Parador, pongo por caso, tienes que pasar por el barrio más peligros de la ciudad y, antes, atravesar un tunel de hojalata y saltar un paso de peatones que parece parte del mobiliario deportivo del pabellón que está al lado. Al ver el panorama, cualquiera huiría.
"No aprendemos", me decía ayer alguien a propósito de lo mismo. Uno, sin embargo, se reafirma en la vieja y triste convicción: que no podemos.

2.2.08

Hermanos

Tengo dos hermanos con profesiones de lo más controvertidas. Uno es cura y el otro pedagogo. Yo estoy muy orgulloso de ellos. Les reconozco, claro está, el mérito: no es fácil bregar ni con la Iglesia ni con la Pedagogía.
Al chico le entrevistan en el Hoy. Comparto sus opiniones, y me alegro.

Misterios

1. Cada día, un autor de novela negra reinventa el género.
2. O dicho de otra manera: ningún autor de novela negra escribe novela negra.