9.7.06

Aviso a navegantes

Uno lo tuvo claro (casi) desde el principio: comentarios, los propios. A pesar de que la mayoría eran bienintencionados, le vi pronto las orejas al lobo. Bueno, lobos lo que se dice lobos, en rigor, no había: a lo más, borregos. Lo advierte en su blog Vicente Luis Mora.