28.1.07

Un arte

Dominar el arte de la pérdida no es complicado;
cuántas cosas parecen estar hechas con el propósito
de que se pierdan que su pérdida no es un desastre.

Pierde cada día algo. Acepta la emoción
de perder las llaves de casa, esa hora que pasa tontamente.
Dominar el arte de la pérdida no es complicado.

Ahora ve más lejos, pierde con más rapidez:
lugares, nombres, y donde fuera que pretendieras
viajar. Nada de esto te traerá un desastre.

Yo perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! También la última
o penúltima de mis tres adoradas casas se esfumó.
Dominar el arte de la pérdida no es complicado.

Perdí dos ciudades, entrañables ambas. Y, lo que es peor,
un par de reinos que me pertenecían, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.

Incluso perderte (tu voz cariñosa, ese gesto
que amo) me moverá a engaño. Es evidente
que dominar el arte de la pérdida no es tan complicado;
aunque (¡toma nota!) pueda parecer un desastre.


Elizabeth Bishop, Geography III.
Traducción: Ángel Gómez Espada (El coloquio de los perros)