13.2.07

El poeta Losantos

Sí, lo confieso. Aunque, como he contado aquí alguna vez (o eso creo), Plasencia es un territorio libre de COPE (ni se oye ni se escucha), uno a veces comete el pecado de poner esa emisora episcopal por las mañanas, de Cáceres para abajo, camino de Mérida. No es menos verdad que suelo aguantar en ese punto del dial un suspiro: lo que tarda el tal Jiménez Losantos en lanzar un par de exabruptos o en difundir un par de mentiras, calumnias o necedades, tanto da. Lo suficiente para comprobar que el salva patrias presume cada poco (o cada vez que uno le pilla) de su formación cultural (gracias a un plan de bachillerato franquista, por supuesto) frente a Zapatero et alii (vamos, todos los que no piensan como él), una panda de analfabetos e incultos. Sin embargo, cualquier persona normal con sentido común se da cuenta de que el primero que sufre de ese mal es él. ¿O el que recurre al insulto por sistema no demuestra a las claras que padece una aguda insuficiencia del lenguaje y un grave problema de expresión? ¿Ese referirse a cualquiera como ese tío no le pone acaso a la mismísima altura que la del adolescente que estudia bachillerato en un plan democrático y que casi siempre tiene en la boca esa palabra? Esto por muy poeta que sea (bien bonita es la edición de su poesía completa editada por Pre-Textos) o que crea ser. Mal que nos pese a los del gremio.