Ayer, camino de Madrid, hicimos una parada, como casi siempre, en la gasolinera de La Pausa, cerca de Talavera. El mango del surtidor, en lugar de dar cuenta del tipo de combustible o limitarse a reproducir el logo de la correspondiente empresa petrolífera, lucía un anuncio de la Cope. Al pagar, le comenté el asunto, con más ironía que otra cosa, a la encargada. No era su culpa, claro, aunque a uno le fastidiara. Después, ya en la cafetería, entré al baño y desde allí vi ondearse una bandera de España tras la ventana. Salí de aquel lugar tarareando el himno nacional.