"Llegamos así a lo más fácil de todo. Que es, como ya habrán adivinado, escribir un poema. Escribir un poema, es decir, escribir unas pocas líneas que ni siquiera tienen que tener mucho sentido, es algo que está al alcance casi de cualquiera que tenga paciencia y oído musical, conozca el idioma y lleve leyendo poesía desde niño. No me refiero a los poemas geniales, claro está. Esos, como los relatos geniales o las novelas geniales, no son ni fáciles ni difíciles, sino que pertenecen a otra clase de objetos distinta: la de los milagros. Pero no estamos hablando de milagros, sino de problemas técnicos. Abandone, pues, la idea de que el novelón es el género adecuado para el aplicado y gárrulo escribidor y el poema lírico una joya rara que sólo unos seres especiales, los Poetas, son capaces de tallar en el silencio misterioso de la noche. En realidad, es al revés. Los poetas florecen en todas las épocas, hasta en los páramos de la Historia, y no existe ningún poeta que no haya escrito al menos un poema inolvidable. Sin embargo, los buenos novelistas, y yo aún diría más, los buenos narradores, son raros. Quizá la especie más rara de todas las que existen en la literatura".
(De ¿Qué es más fácil en literatura?)
(De ¿Qué es más fácil en literatura?)