Ayer presentamos en Badajoz dos libros de la Editora. Una reedición (en rigor, un nuevo libro) de La matanza de Badajoz de Mario Neves (en traducción de Ángel Campos Pámpano) y Diario 1980-1993 (Invitación a la resistencia) de José Antonio Gabriel y Galán.
El prologuista del primero, Carlos García Santa Cecilia, estuvo en su intervención entretenido y preciso. Se ve que vive con pasión el testimonio del joven periodista portugués que llegó a Badajoz en agosto del 36. Como él dijo, una ciudad a la que ayer, a pesar de que huyó de ella para nunca volver, regresó de nuevo.
Paco Gabriel y Galán explicó con entereza lo que cuenta en la impecable introducción que ha escrito para los diarios de su hermano. Cecila, la viuda de José Antonio, nos puso a todos un nudo en la garganta. Uno no pudo evitar alguna furtiva lágrima. Sé bien lo que sentía. Ese libro nos ha dolido no poco a todos: a la familia, sí, pero también a María José, a Julián y a mí.
Pena que el calor volviera a presentarse en San Atón con la insolencia que le caracteriza. Nada es perfecto.
El prologuista del primero, Carlos García Santa Cecilia, estuvo en su intervención entretenido y preciso. Se ve que vive con pasión el testimonio del joven periodista portugués que llegó a Badajoz en agosto del 36. Como él dijo, una ciudad a la que ayer, a pesar de que huyó de ella para nunca volver, regresó de nuevo.
Paco Gabriel y Galán explicó con entereza lo que cuenta en la impecable introducción que ha escrito para los diarios de su hermano. Cecila, la viuda de José Antonio, nos puso a todos un nudo en la garganta. Uno no pudo evitar alguna furtiva lágrima. Sé bien lo que sentía. Ese libro nos ha dolido no poco a todos: a la familia, sí, pero también a María José, a Julián y a mí.
Pena que el calor volviera a presentarse en San Atón con la insolencia que le caracteriza. Nada es perfecto.