Conocí a Javier Gomá, actual director de la Fundación Juan March, en la presentación del ciclo Poética y Poesía, impulsado por Antonio Gallego. Asistí a una comida con periodistas culturales (que son, a la vez, escritores) donde el protagonista fue Antonio Colinas. Uno tuvo el honor de cavilar en voz alta acerca de la obra del poeta leonés. Volví a encontrarme con él cuando leí en el citado ciclo. Sabía que su corta biografía era tan genial como asombrosa. A mí, sin embargo, este hombre alto, atractivo y elegante me causó una excelente impresión. Filólogo, filósofo y abogado, acabó la carrera de Derecho en tres años, y aprobó las oposiciones a Letrado del Consejo de Estado con el número uno de su promoción. Estos datos están tomados, precisamente, de una entrevista realizada por Nuria Azancot y que publicó El Cultural el pasado jueves, a propósito de su nuevo libro, Aquiles en el gineceo (Pre-Textos). El primero, Imitación y experiencia, obtuvo el Premio Nacional de Ensayo en 2004.
A modo de cita, entresaco estas frases: "¿Por qué ser mortal, me pregunta? Porque la mortalidad es el privilegio excelso de la individualidad. Las piedras y los animales son inmortales, porque cuando mueren su ser, que está en el género, permanece igual; sólo cuando muere el individuo el mundo se empobrece irreparablemente. El individuo es la flor del cosmos, y su dignidad reside en su mortalidad."
A modo de cita, entresaco estas frases: "¿Por qué ser mortal, me pregunta? Porque la mortalidad es el privilegio excelso de la individualidad. Las piedras y los animales son inmortales, porque cuando mueren su ser, que está en el género, permanece igual; sólo cuando muere el individuo el mundo se empobrece irreparablemente. El individuo es la flor del cosmos, y su dignidad reside en su mortalidad."