Sigo con sus aforismos (Cátedra, Letras Universales, edición de F. Pérez Varas y M. I. Montesinos Caperos). Dice uno: "El trato con personas razonables es tan aconsejable para cualquiera porque de este modo un necio puede aprender por imitación a actuar inteligentemente, puesto que los mayores necios pueden imitar, hasta los monos, los perros de lanas y los elefantes pueden hacerlo". Anima en otro, a propósito de las lecturas, a "salir del escombro de cosas ajenas". Hace alusión a los que leen "simplemente para no pensar". Y en otro a cómo la reflexión nos hace "más serios". Nos da -y ya no sigo- "Una regla de oro: No se tiene que juzgar a las personas según sus opiniones, sino según lo que esas opiniones hacen de ellas". Pues eso.