8.11.10

Gran Café

Sí, para uno, como para tantos extremeños -de Cáceres o no- el Gran Café es un lugar lleno de recuerdos. Ahora que lo cierran, vuelven algunos. Los primeros, por ejemplo, de aquellas noches que el noctánbulo que nunca fui compartió con algunos poetas y escritores en ciernes, mientras Felipe Núñez ejercía, sin querer o queriendo, de maestro de todos nosotros. O los últimos, sentado en uno de sus clásicos veladores con Gregorio Torres para pergeñar lo que acabaría siendo Literatura en Extremadura. En medio, muchos momentos más. No en vano ha sido durante años una especie de refugio en esa ciudad no pocas veces hostil, mi parada sin fonda particular entre viaje y viaje, arriba y abajo, por la N-630.