25.9.11

Es la educación

Leo un interesante artículo sobre la educación del escritor Ismael Grasa en El País. "Pisar el aula" se titula. Sabe de lo que habla: es profesor de un centro privado. De un barrio de Zaragoza, para más señas, al que, claro, no van los chicos de esa zona sino los que vienen de las urbanizaciones de las afueras. Sus circunstancias y las de uno son distintas, pero coincido con muchas de sus afirmaciones. Cuando habla, por ejemplo, de la hipocresía de los políticos (y de otros muchos, añado yo, de cualquier profesión, progres en todo caso) que defienden la escuela pública pero llevan a sus hijos a la concertada o, directamente, a la privada (allí donde la haya). Eso sí, conviene recordar que, por incongruente que a algunos nos siga pareciendo (por eso de que "un Estado no confesional esté pagando escuelas de carácter religioso"), la concertada es también pública, siquiera en la citada financiación, aunque, como explica Grasa con excesivo tacto, "en muchos casos, no se hacen cargo proporcionalmente de los alumnos más problemáticos, bien sea por cuestiones idiomáticas, de aptitud o de extracción social". Bien sabemos lo que hay.
Es de Perogrullo, sí, pero conviene recordar que la escuela (educación o enseñanza) pública se defiende, en primer lugar, enviando a tus hijos a ella, que es lo que ha hecho uno con los suyos. Por coherencia, simplemente. Más si, como hace al caso, perteneces al honorable y vapuleado Cuerpo de Maestros. A nadie se le ocurre tirar piedras contra su propio tejado. Ya. Por eso.