7.9.11

Houellebecq

No he leído nada de este hombre al que, día sí y día también, me encuentro en los papeles. Ahora con motivo de la publicación por Anagrama de su novela El mapa y el territorio (el título me gusta), premio Goncourt. La tuve en mis manos el otro día, pero, después de hojearla, no la compré.
Gente a la uno lee con el máximo respeto (Fernando Aramburu, Andrés Ibáñez, Alberto Manguel...) no parecen ponerse acuerdo sobre si sí o si no. Bueno, la verdad es que unos dudan más que otros. Con todo, la mayor parte de la crítica coincide en que esta es su mejor novela. Cuando echan la vista atrás, el panorama se le antoja a uno desolador. Menudo historial, qué opiniones. Aumentan mis reticencias. Además, uno sólo compra los libros que sabe que va a leer.
Por instinto, detesto a cualquier escritor con vocación de provocador. En cualquier género, a pesar de que la palma se la lleven los poetas, malditos por excelencia, eternos amigos de la pose. Todo lo que suene a escándalo me da grima. Da igual el palo, ya sea el místico o el pornográfico. Por eso he venido huyendo del tal Houellebecq, que de discreto tiene poco. Y me temo que seguiré haciéndolo.