Abro un libro que ha llegado con el segundo de Álex Chico (Dimensión de la frontera se titula y ya habrá tiempo de volver sobre él), de la colección Siltolá Poesía: Al pie de la letra, de Víctor Jiménez. El nombre del autor, lo siento, no me dice nada. Recuerdo los ensayos de Jaime Gil de Biedma. Y leo. El primer poema alude al centro educativo como parking "vigilado y gratuito" y uno, muy sensible al asunto, sigue leyendo. Con todo el interés. Pronto me doy cuenta, no hace falta adaptación curricular alguna, de que estoy ante el diario, digamos, de un profesor de secundaria. El libro se divide incluso en tres partes: una por trimestre. La vocación perdida, los años universitarios, los compañeros de claustro, las vacaciones que alivian, los alumnos (protagonistas absolutos del invento), las despedidas y los encuentros, los que se van y las que vienen, el sistema educativo y sus problemas, las mil y una situaciones, en fin, con la que se ha de dar de bruces un pobre docente como tantos y que a uno, mientras leía, le han hecho recordar, por ejemplo, a Gonzalo (por el poema "Despedida": "Quiere irse sin fiesta ni homenaje,/ como los dos hablamos tantas veces,/ como el torero aquel al que admiramos./ Sin llamar la atención, discretamente.") y, lo que es peor, a amigos que aún ejercen: a Carlos, a Tomás, a José María, a Margarita, a Néstor... No hace falta decir que el humor, un fino sentido del humor, impregna todos y cada uno de estos versos, cargados de verdad y aun de dolor, por más que matizado o asumido de forma que no falte la sonrisa al pasar cada una de sus páginas. "Tanto dolor se agrupa en este cuerpo,/ que por doler nos duele hasta el horario", escribe Jiménez. Y en el poema final, "Balance": "Lo que la vida entrega lo devora/ el tiempo. Y nadie vive de su renta./ Tampoco vivo del trabajo. A diario,/ soy sólo un profesor de andar por clase./ Me dan pulso otras cosas y otros temas/ que no se compran con un buen salario,/ que no se pagan con el sueldo base./ Mis amigos, mi amor y mis poemas". Nada, dentro de un rato, a clase. Ya otro, después de haber leído Al pie de la letra.