En el número 96 de Clarín. Revista de nueva literatura la catedrática de Literatura Rosa Navarro Durán descubre que una de las obras clásicas de la literatura catalana, la novela Curial e Güelfa, es en realidad una falsificación.
El erudito Milá y Fontanals en 1876 anunció el descubrimiento del manuscrito de una novela catalana del siglo XV, Curial e Güelfa; pero se calló un dato esencial: que la había escrito él mismo.
Rosa Navarro Durán aporta las pruebas de la verdad de lo afirmado ya hace veinte años por Jaume Riera i Sans. Se las proporciona la propia literatura, porque en el texto del Curial e Güelfa pueden verse claras huellas de la lectura de La Celestina, del Lazarillo, del Cortesano de Luis Milán, del Quijote, de las Novelas ejemplares, del Marcos de Obregón… y de Los novios de Manzoni, la obra que tanto le gustaba al cultísimo Milá.
Además, el modelo que guió a la ingeniosa pluma del genial creador fue Tirant lo Blanc. El Curial encierra sorprendentes misterios, pero su autor dejó en la propia obra claves para que los resolviéramos y para que gozáramos de esa espléndida creación romántica, que calificó el propio Milá entre “gótica y renacentista”: gótica a lo Walter Scott y renacentista porque estaba creada por uno de los escritores de la Reinaxença. La ironía que recubre esa divertida historia medieval nos ayuda a descubrir esa genial superchería.
El erudito Milá y Fontanals en 1876 anunció el descubrimiento del manuscrito de una novela catalana del siglo XV, Curial e Güelfa; pero se calló un dato esencial: que la había escrito él mismo.
Rosa Navarro Durán aporta las pruebas de la verdad de lo afirmado ya hace veinte años por Jaume Riera i Sans. Se las proporciona la propia literatura, porque en el texto del Curial e Güelfa pueden verse claras huellas de la lectura de La Celestina, del Lazarillo, del Cortesano de Luis Milán, del Quijote, de las Novelas ejemplares, del Marcos de Obregón… y de Los novios de Manzoni, la obra que tanto le gustaba al cultísimo Milá.
Además, el modelo que guió a la ingeniosa pluma del genial creador fue Tirant lo Blanc. El Curial encierra sorprendentes misterios, pero su autor dejó en la propia obra claves para que los resolviéramos y para que gozáramos de esa espléndida creación romántica, que calificó el propio Milá entre “gótica y renacentista”: gótica a lo Walter Scott y renacentista porque estaba creada por uno de los escritores de la Reinaxença. La ironía que recubre esa divertida historia medieval nos ayuda a descubrir esa genial superchería.