Me encuentro con R. Va con uno de sus nietos. Nos saludamos con el afecto de siempre. No te ha pillado la nieve en Salamanca, le digo. No, pero vine ayer y al pasar por Béjar... Oye, me he enterado de que te han dedicado un zaguán, me dice. Sí, le sigo, nos han dedicado, y recalco el plural. A Gonzalo y a mí, añado. Luego me cuenta que a un escritor le preguntaron si tenía calle en Salamanca a lo que éste respondió que casa sí, pero que calle...