8.10.12

País

Mientras que el tal Mario Vaquerizo cobre, por ejemplo, 180.000 euros por pinchar en una discoteca, 50.000 por hacer un anuncio, 3.000 por cada intervención en el programa de El Hormiguero (por cosas así no lo veo) y 20.000 por su libro Haciendo majaradas, diciendo tonterías (¡Espasa!), o que a la tal Tamara, hija de Isabel Preysler, le den 20.000 euros por amadrinar una marca y otros tantos por pasar tres horas en una fiesta (a razón de 111 euros el minuto), o que, en fin, un teatro público como el López de Ayala de Badajoz se preste a programar dos días de actuación del espectáculo Más allá de la vida (con los precios por entrada más altos de los últimos años: 75 euros) para que la médium Anne Germain gane 60.000, éste seguirá siendo, con perdón, un país de asco. Y uno, sin remedio, un derrotista.

(Nota: Los datos de este comentario proceden del diario El Mundo. De dónde si no.)