8.11.12

Carvajal gana el Nacional

Sin querer, con su renuncia al Premio Nacional de Narrativa, Javier Marías complicaba un poco la vida al poeta que ganara el de Poesía. La concesión al profesor granadino Antonio Carvajal (Albolote, 1943) del galardón institucional por su libro Un girasol flotante despeja todas las dudas. Cualquier lector de este país, haya leído o no ese libro (éste, ay, es mi caso), reconocerá que estamos ante un acto de justicia, porque se entiende que el premio, más allá de lo concreto, se le concede por una obra extensa, exigente y personalísima, al margen de modos y modas. Doy por seguro que el jurado lo ha tenido en cuenta. 
Que Un girasol flotante se haya publicado en una editorial pequeña y periférica, la asturiana KRK (la misma en la que aparecieron los primeras entregas de Menéndez Salmón, por cierto), es un hecho significativo si tenemos en cuenta la larga trayectoria de Carvajal y su indudable crédito como poeta.
Me alegro como lector, que es lo que importa. Sus libros me han acompañado desde que era muy joven y, por encima de otras consideraciones, siempre he admirado su forma de proceder; digna de quien, acaso, merezca ostentar el título de "il miglior fabbro" de la poesía española contemporánea. 
Sé que nuestro común amigo Jesús García Calderón está también muy contento. Con ellos compartí una calurosa jornada en Badajoz (una ciudad que conoce bien), cuando presentamos en la Feria del Libro una antología de poemas del primero que prologó con maestría el segundo. Sí, hay premios y premios.