Ya es un lugar común que el poeta mas importante del siglo XX español se llama Juan Ramón Jiménez. O al menos eso piensa la inmensa minoría. La Isla de Siltolá, desaparecida por unos meses, vuelve a la luz con uno de los libros esenciales del de Moguer, Idilios, editado con un gusto que habría hecho feliz al meticuloso poeta y compuesto por poemas en su mayor parte inéditos. Todo un acontecimiento, sin lugar a dudas.
El prólogo es de Antonio Colinas, uno de sus más entusiastas seguidores, y la edición literaria de Rocío Fernández Berrocal, especialista en la obra de JRJ, que le dedica un minucioso y esclarecedor estudio. Escrito entre 1912 y 1913, en el centro de una década prodigiosa, está dedicado a Zenobia.
Porque poco o nada puede uno añadir a lo que otros, con verdadero conocimiento de causa, ya han dicho (remito a la página de la editorial, donde se recogen los ecos que ha propiciado Idilios, así como al artículo enlazado más arriba). Por eso, me limito a transcribir uno de los poemas del libro, el que a mí más me ha gustado:
¿Triste?
Sí;
soy un cementerio nuevo,
que ha
estrenado, esta tarde,
una mujer que ha muerto.