Ya está uno con la nueva entrega de Salón de pasos perdidos, esa monumental "novela en marcha" de Andrés Trapiello.
Miseria y compañía es su título y está tomado de un dicho popular de origen incierto que aparece al frente de un sainete valenciano del siglo
XIX.
Hace el número 18 de la serie y se corresponde con el año 2004.
De ningún autor habrá leído uno tanto. Desde El gato encerrado, que feché el 31 de octubre de 1990. Los demás están junto a él en la misma balda de la estantería. Ya no da para más. Se los ve, si uno se fija, al fondo de la foto de la cubierta de mi último libro, Plasencias. Es deliberado.
De ningún autor habrá leído uno tanto. Desde El gato encerrado, que feché el 31 de octubre de 1990. Los demás están junto a él en la misma balda de la estantería. Ya no da para más. Se los ve, si uno se fija, al fondo de la foto de la cubierta de mi último libro, Plasencias. Es deliberado.
Me he comprometido a publicar una reseña del libro para una revista literaria, así que no podré comentarlo aquí. No da uno para tanto. Para escribir dos notas distintas, quiero decir. De todos modos, una de las lecciones de esta magna obra y de su autor es la del trabajo, gustosa virtud. Más en estos tiempos. En fin, lo dejo, que se nos escapa la liebre.