Begoña Rivas / El Mundo |
A mediados de la última década del siglo pasado organizó el añorado crítico Miguel García-Posada y Luis Alberto de Cuenca un ciclo en la Residencia de Estudiantes de Madrid en el que uno tuvo ocasión de participar. A la salida de mi lectura, al alimón con Fernando Lanzas (que luego sería Director General con en la etapa de LADC como Secretario de Estado de Cultura en la época de Aznar), me saludó un muchacho espigado, simpático y de llamativa melena. Era Antonio Lucas, incipiente poeta por aquel entonces, que me hizo entrega de un libro suyo que se titulaba Antes del mundo y que había obtenido un accésit del Premio Adonais. Desde entonces no he dejado de leer su poesía y, en alguno de mis esporádicos viajes a Madrid, incluso nos hemos encontrado. En el Palacio Real, por ejemplo, cuando le entregaron el Reina Sofía a Valente, creo recordar, y en otros saraos parecidos. Ahora me entero, por mi amigo Carlos Medrano, de que acaba de ganar el Premio Loewe. Informa de ello su propio periódico, El Mundo. Un importante nombre que añadir a esa nómina. ¡Enhorabuena!