Así se titula el librito o la plaquette, no sé como denominarlo, que Juan Ignacio González acaba de publicar en la colección Heracles y nosotros de Gijón, y que inaugura su Segunda Época. "La colección de cuadernos donde Fernando Menéndez, Jaime Priede o yo mismo velamos nuestras primeras armas literarias", dice Jordi Doce, otro gijonés de pro, para el que "Nacho" fue una persona fundamental en aquellos comienzos. Ahora se explica uno algunas cosas. Con todo, no recuerdo haber leído antes nada suyo. En su Facebook dice que nació en Seana (Mieres, Asturias) en 1960 y que desde 1972 reside en Gijón. También que fue cofundador del grupo poético Cálamo (de ello habla tambien J12).
En el ISBN encuentro que ha publicado dos libros: Otros labios, acaso (1985) y Amor, en la marea de tus ojos (2012). Y, por fin, lo que importa, que los pocos poemas que reúne en El cuaderno de la ceniza son dignos de haber sido publicados y, por eso, uno se alegra de haberlos leído.
No es González, se nota a la legua, un primerizo, más allá de cuántos libros haya dado a la imprenta. Sabe lo que se hace, hasta donde eso es posible en poesía sin caer en la impostura. Sus versos suenan altos y claros, con una mezcla de épica y de lírica donde, a mi modo de ver, reside su mayor atractivo. Sí, me gustaría escucharlos en voz alta. Les va, me parece, una voz grave. Del norte, si se me permite el tópico. Porque a norte y a brumas me suenan. Y qué bien: su ritmo es impecable.
He aquí un joven poeta (¿dónde reside la edad del que escribe?) y un puñado de poemas que a uno le dejan con ganas de más. De un libro tan hermoso como este cuaderno.