4.3.14

Vidas de extraños

Hace tiempo que Vicente Valero, (Ibiza, 1963) tiene demostrada de sobra su valiosa condición de poeta y, más allá, de ensayista. Eso sí, su prosa había estado hasta ahora al servicio del estudio y de la biografía (de Walter Benjamin, por ejemplo), centrada en su isla natal, tierra de paso o de acogida de numerosos escritores y artistas. Periférica, que no se caracteriza por editar libros de autores españoles, publica Los extraños, su primera obra, en rigor, narrativa. No sé, si como dice en la contracubierta, es "uno de los más importantes debuts en la narrativa española de los últimos años". Tampoco me importa. Lo que sí sé es que me ha gustado mucho y que he disfrutado de lo lindo con su lectura. 
Aunque contiene mucha poesía, algo inevitable si se tiene en cuenta quién lo ha escrito, que no tema el lector de prosa: ni parece ni es la novela de un poeta. No al menos, ya digo, como quiere el tópico. La estructura, tal el lenguaje empleado, es eficaz y sencilla: Valero rescata la biografía de cuatro parientes suyos, cuatro "extraños": un abuelo, un tío y dos tíos abuelos. Cada uno merece un par de capítulos y, a pesar de que estamos ante una obra de ficción publicada en una colección (largo recorrido) dedicada a ello, el tono y el contenido de la obra parecen del todo autobiográficos y el narrador no otro que el propio Valero, protagonista a ratos de las historias. 
Las vidas narradas del abuelo Pedro Marí Juan, el tío Alberto y los tíos abuelos Carlos Cervera y Ramón Chico no pueden, en su normalidad, ser más extraordinarias. Tampoco, o eso entiendo, podrían haber estado mejor contadas.
Dos militares (el teniente Marí y el comandante Chico), un artista de cabaret (Cervera o Angelito o Aurelio) y un jugador de ajedrez (Alberto Valero) que permiten a Valero, entre otras cosas, rememorar su infancia, ofrecer un retrato discreto de su familia, evocar paisajes tan alejados como el desierto del Sahara y el sur de Francia (además de su particular paraíso mediterráneo), o a personajes tan dispares como Saint-Exupéry, Hidalgo de Cisneros, la Argentinita o Roso de Luna.
Las peripecias vitales de estos "extraños", sus aventuras, los intrígulis de sus novelísticas vidas, permiten a Vicente Valero, mediante esa mezcla donde la inventiva se encuentra con la verdad, o la imaginación (en el mejor y más hondo sentido) con la realidad, ofrecer a sus lectores un libro que a uno ya se le antoja, por su extraña naturalidad, inolvidable.