3.5.14

De feria en feria

Anoche asistimos a una lectura un tanto especial. Había oído hablar de las (re)presentaciones de Marino González con el actor Jesús Manchón, pero sólo ayer pude ver y escuchar cómo son. Dentro de las actividades de la modesta, pero necesaria, Feria del Libro de Plasencia (gracias Juanra, gracias libreros) estaba, en efecto, la de dar a conocer el primer libro de poesía del editor y escritor emeritense (de Almaraz), Incógnita del tiempo y la velocidad
No éramos muchos y el ruido exterior se hacía en la carpa bastante insoportable (ya lo pudo comprobar uno el año pasado), aun así ellos hicieron su trabajo que, sin duda, como a la mayor parte de los presentes, me dejó impresionado. Sobre todo en lo que toca a Manchón; al fin y al cabo, Marino tiene delante los poemas. 
Debe ser muy difícil mantener la calma y memorizar tantos versos (sin rima) bajo una presión ambiental como esa. Y física: un crío que se sentó en primera fila con la actuación ya empezada, en un momento dado, con el actor en plena tarea, se asustó y salió literalmente corriendo hacia localidades menos comprometidas. 
Uno, sí, comprobó que los poemas de ese libro, que leí hace unos meses en casa y en silencio, se sostienen también en voz alta (y hasta muy alta). Algunos, la mayoría, me sonaron estupendamente, como el siciliano "Octopus y La Gorgona", el que prefiero del conjunto. 
Esta noche nos toca a otros soportar las voces y los ecos de la animada plaza placentina. Al airado Cumbreño y su troupe liliputiense (no sé si con obispo, pero sí con el mexicano de Salamanca Luis Arturo Guichard), al primerizo (otra vez) Víctor Martín Iglesias (que ayer compartió con nosotros velada) y al Sr. Chinarro del que todos dicen maravillas. Veremos. Y, en el mejor y en el peor sentido, escucharemos.