¿Han cambiado mucho los jóvenes en los años que pasaron por tus aulas como profesor de secundaria?, le pregunta Salvador Vaquero a Luis Landero en El Periódico Extremadura, y éste responde: "Mucho. La enseñanza pública se ha degradado. La han degradado. Fiel reflejo de la sociedad pueril y tontorrona en la que vivimos, donde el dinero importa muchísimo más que el saber. Todo necio confunde valor y precio".
Luego aquél añade: ¿Qué maestros de la pluma han influido más notablemente en tu obra? "Tantos... -dice el de Alburquerque- Desde los cuentos que escuché en mi infancia (maestros no de la pluma pero sí del pico) hasta el último libro que terminé de leer ayer. No, no vamos a hacer una lista de maestros. Son demasiados".
Y más adelante: ¿Un recuerdo de la infancia en Alburquerque? "La libertad de los días interminables del verano". ¿Un viaje inolvidable? "El
que hacía de niño entre el pueblo y el campo. Mis padres eran
campesinos. Ir del pueblo al campo o del campo al pueblo, aunque solo
distaban unos 15 kilómetros, eran viajes comparables a los de Odiseo o
al de Marco Polo. No he vuelto a disfrutar del viaje como entonces".
Me gusta especialmente la respuesta proustiana a la pregunta ¿Una reflexión ante la vida?: "Dejemos las mujeres hermosas para los hombres sin imaginación".