Visto y no visto. Viaje relámpago, sí, pero muy agradable. Por el ir y venir (apenas unas horas); por volver a Madrid (que estaba animada y preciosa, tanto de tarde como de noche); por el regreso a la Feria del Libro, que uno no pisaba desde hacía mil años; por los abrazos y las conversaciones (con Jordi Doce, Eduardo Moga, Antonio Lucas, Tulio Demicheli, Amalia Bautista y su hija, Javier P. Walias, Aurelio Major, Juan Soros, Benito del Pliego, Castrillón, Amalia Iglesias y Julia Piera...); y por el sudor y la cerveza y el cansancio, que también son poéticos.
Ya en el recital, fue un placer escuchar, además de a los citados Doce, Lucas, Demicheli, Major, Moga, Soros y Piera, los poemas de María Baranda, José Luis Gómez Toré, Ana Gorría, Tedi López Mills, Esther Ramón y Jorge Valdés Díaz-Vélez, que me regaló su libro Herida sombra mientras sostenía en precario un vasito de tequila.
A pesar de los negros presagios, no morimos de sobredosis lírica. Paz, eso sí, estaría encantado.
Uno se limitó a leer dos poemas: "Hermandad", del mexicano, y "De un diario" (Ensayando círculos), inspirado en la extensa y enjundiosa conversación entre Paz y Frost que tuvo lugar durante el verano de 1945 en la cabaña del poeta norteamericano, en Vermont, y que fue publicada por primera vez en la revista argentina Sur, incluida luego en su libro Las peras del olmo y, por fin, en el segundo volumen de sus Obras Competas: Excursiones/ Incursiones. Dominio Extranjero.
Uno se limitó a leer dos poemas: "Hermandad", del mexicano, y "De un diario" (Ensayando círculos), inspirado en la extensa y enjundiosa conversación entre Paz y Frost que tuvo lugar durante el verano de 1945 en la cabaña del poeta norteamericano, en Vermont, y que fue publicada por primera vez en la revista argentina Sur, incluida luego en su libro Las peras del olmo y, por fin, en el segundo volumen de sus Obras Competas: Excursiones/ Incursiones. Dominio Extranjero.