Tot és ara y res es el hermoso y certero título que puso Joan Vinyoli (Barcelona, 1914-1984) a uno de sus libros de poesía, publicado en 1970, y que ahora, en el año de su primer centenario, rescata para sus lectores, en una preciosa y cuidada edición de Trea, la también poeta Marta Agudo (de la que acabo de leer, por cierto, dos intensos y logrados poemas en el último número de la revista Turia).
Su Preliminar es breve, pero minucioso, y nos informa, sí, de todo lo necesario. Otro tanto cabe decir de las notas finales, también del todo pertinentes. Se aprecia el conocimiento que tiene Agudo de la poesía de uno de los grandes poetas catalanes de todos los tiempos.
Traducido a partir del tomo de su Obra Poética Completa (Barcelona, Edicions 62, 2001), los versos de Vinyoli, entre el canto a lo Carles Riba, su primer maestro, y el tono conversacional a que la realidad obliga, vuelven a iluminarnos por su desolada claridad y su profundo seny. Basta con releer "Alguien que viene de lejos" o el poema que da título al volumen para percatarse de ello.
Son inequívoca señal de sus convicciones poéticas y por eso está escrito con "palabras sencillas, secretas, cargadas de sentido y misterio".
Agudo alude a su" cortesía por lo concreto", al sabio empleo del encabalgamiento, a sus frecuentes interrogaciones, al "tono sentencioso", a su "voluntad de distanciamiento" (a pesar de su notable carga existencial), etc.
Me rindo, una vez más, ante una poesía que admiro y defiendo desde hace muchos años. Uno de esos descubrimientos que, además de capital en la vida de cualquiera, nunca deja de serlo por lo que tiene de inacabable hallazgo.