31.3.15

En sueños

La letra V de la colección Luna de Poniente corresponde al libro Hablar en sueños, de Fernando de las Heras (Badajoz, 1981). De su primer libro, Cerca del origen, ya hablamos en su día aquí. Éste, que no deja de ser un notable paso adelante, se abre con una cita del psicólogo inglés Nicholas Humphrey que dice: "Soñar es un proceso más sofisticado que pensar". No hace falta recurrir a Freud ni al Surrealismo para aterrizar en esta obra que gira, claro está, en torno al sueño y a los sueños que en nuestra lengua, a diferencia, por ejemplo, del italiano, no distingue entre una cosa y otra. Uno, que apenas recuerda lo que sueña, valora especialmente este ejercicio poético que se abre con un certero poema titulado "Por increíble que parezca" y que termina: "El día menos pensado, vendrá la vida / a llevarse la vida por delante". La infancia y la imaginación son fundamentales en estos versos que no rehúyen, o eso me parece, cierto, calculado irracionalismo, las asociaciones de imágenes y hasta el rapto de la escritura automática. Suprarrealismo, que diría el otro. Poemas, por cierto, de dicción sobresaliente y con un sentido del ritmo impecable. Poemas como "Peligro: el poema muerde", "Historias extraordinarias" (donde encontramos una constante: el tono científico y las alusiones a la ciencia, no necesariamente de ficción). Cita a Simic y uno constata que también aquí hay una mezcla curiosa entre realidad e imaginación (ya se dijo), entre sentido común y ensoñamiento. 
No faltan iluminaciones: "Nunca hubo mejor lugar que aquél donde la luz hace su nido". 
En "Dejemos algunas cosas claras" leemos: "hablar en sueños será la mejor forma / de sentirse muy vivo". 
"Nosotros los animales" introduce una serie de poemas donde ellos (y nosotros, animales racionales, siquiera a ratos) son protagonistas. Significativos son también "Emisiones desde el futuro" (nombre de su blog), "Ruinas", "Una casa" y "Nadadora" (que me ha recordado un poema de Micó).
Una cita de Irazoki ("El agradecimiento a la vida es mi único deporte") nos da una pista fiable sobre la felicidad que se respira en el libro.
"Sigo el camino / que mi imaginación me marca", escribe. Con clara conciencia de que "el futuro / es una civilización extinguida", que "está en todas partes menos en sí mismo".