Conversation Piece / Vanessa Bell / 1912 |
«Se pregunta Manuel Baixauli en Ningú no ens espera ('Nadie nos espera') si la adicción que tenemos por la lectura de dietarios, correspondencia, o entrevistas no responde al intento de cubrir un vacío desolador: el que tendría que ocupar la conversación, “el ejercicio más fructífero y natural de nuestro espíritu”, según Montaigne, que le dedicó un ensayo. Este ejercicio –coincide Baixauli con lo que pensamos tantos– decae en nuestro acelerado mundo de hoy: ¿puede darse el nombre de conversaciones a las que tenemos por correo electrónico, Twitter o móvil? Está claro que por esos medios podemos hablar de los viejos temas –muerte, Dios, arte, vida–, pero de un modo bien deficiente. (...) Hoy en día, las metafísicas se pierden por los rincones de todas partes, vivimos en el fin de las conversaciones. Y quizás por eso, en efecto, buscamos dietarios, correspondencias, entrevistas. Pero triunfan hoy las entrevistas de Bertín Osborne, forjadas con palabra de espuela vana, a carcajada suelta. Hasta en detalles así se nota que hemos ido a menos. ¿Explica esto que los atascados y deslustrados y nada ilustrados candidatos a la presidencia nos parezcan cada día más ineptos en el arte de la conversación?» Enrique Vila-Matas. "El fin de las conversaciones". El País.