21.10.16

Centrifugados II

Con el fin de conmemorar el segundo encuentro de Centrifugados, José María Cumbreño, como hizo con el primero, publica un libro en sus cosmopolitas ediciones Liliputienses dedicado, in memoriam, a Ángel Campos Pámpano (que ya fue dedicatario de aquella primera entrega) y a Fernando Pérez. En él colaboran en forma de poemas u otro tipo de texto los escritores, editores y artistas que participaron en aquella reunión. Se completa con un amplio álbum de fotos. 
En el libro hay de todo, como en botica, pero me sorprende agradablemente que la mayoría haya optado por escribir algo en tono personal (incluso versos) a propósito de esa experiencia donde, por cierto, Plasencia, sede central centrifugada, sale ganando. Enjundia no le falta al conjunto.
En sentido contrario, me ha llamado la atención lo que cuenta el celebrado poeta cordobés Pablo García Casado quien, ironía mediante, desoye el adagio de Wallace Stevens: "La poesía es una forma de melancolía", y confiesa detestar ese poético, humano sentimiento tanto como odia la bechamel. Comentaba aquí atrás Monika Zgustova que su amiga Susana fundó en Rusia un club de lectura a los 16 años y que a su profesora no le gustaron los poemas que leían allí. “Son antisoviéticos”, afirmó. “¿Antisoviéticos? ¿Y por qué?”, dijo extrañada. “Porque son melancólicos y el hombre soviético no debe estar triste”. Cuenta que replicó: “Estar ahora triste y ahora alegre está en la naturaleza del hombre”.
Tenemos a Cumbreño pergeñando el tercer encuentro. Habrá sorpresas. Como siempre... y más. Atentos.