Homenaje a María
Zambrano
Como en ese dibujo de Laffón
donde se aprecia
un estrecho camino
que se interna en la fronda.
Le flanquean, precisas,
las orillas de un mundo
que al cabo nos parece impenetrable.
El sendero es en sí mismo una frontera
entre la luz, que brilla encima, y la negrura
que se intuye inquietante
tras la vegetación y entre los árboles.
Al final, un recodo
marca la dirección por la que huye.
Y allí una intensidad desconocida.
Un fulgor que anticipa
el claro de otro bosque:
el de la vida.
donde se aprecia
un estrecho camino
que se interna en la fronda.
las orillas de un mundo
que al cabo nos parece impenetrable.
entre la luz, que brilla encima, y la negrura
que se intuye inquietante
tras la vegetación y entre los árboles.
marca la dirección por la que huye.
el claro de otro bosque:
el de la vida.
Con esta reproducción de uno de sus cuadros, Miguel Veyrat me daba esta mañana muy temprano la mala noticia: la pintora Carmen Laffón ha muerto.
Este poema pertenece a El cuarto del siroco y se publicó por primera vez en la revista sevillana, como ella, Sibila.
No he dado con el dibujo que inspiró estos versos dedicados a Antonio Colinas.