Hoy hace una semana, en la librería, nos daban la triste noticia de la muerte de un viejo conocido; mecánico del coche de uno, para más señas, un profesional capaz y una excelente persona. Tenía cincuenta años y su mujer había sido dependienta de la que fuera librería "Cervantes" durante muchos años.
Ayer, enterrábamos en Garganta la Olla a una tía de Yolanda. Era muy mayor, sí, pero la echaremos siempre de menos porque era el centro de aquel jardín mágico del que he hablado otras veces. Uno hacía allí recuento a solas de los momentos felices que hemos vivido en torno a la mesa de piedra (una antigua piedra de molino) que ella siempre estaba dispuesta a llenar de comida, bebida y cariño.
Me entero ahora de que el ser anónimo del que hablaban en la radio esta mañana temprano, que había muerto carbonizado en un incendio a las afueras de Badajoz, era otro viejo conocido, el fotógrafo Antonio Covarsí. Colaboró con Pablo Guerrero en algunos de sus libros de poemas, uno de ellos publicado por la Editora, Tiempo que espera. Tambien en la ERE se publicó el catálogo de su exposición La luz incierta. Lisboa 2002-2003.
También ilustró Jola, el libro de Ángel Campos sobre el devastador incendio que asoló La Raya hace un par de veranos. Quién iba a decir que...
"Y entonces, la muerte", que diría van Wilderode. Siempre la muerte.
Ayer, enterrábamos en Garganta la Olla a una tía de Yolanda. Era muy mayor, sí, pero la echaremos siempre de menos porque era el centro de aquel jardín mágico del que he hablado otras veces. Uno hacía allí recuento a solas de los momentos felices que hemos vivido en torno a la mesa de piedra (una antigua piedra de molino) que ella siempre estaba dispuesta a llenar de comida, bebida y cariño.
Me entero ahora de que el ser anónimo del que hablaban en la radio esta mañana temprano, que había muerto carbonizado en un incendio a las afueras de Badajoz, era otro viejo conocido, el fotógrafo Antonio Covarsí. Colaboró con Pablo Guerrero en algunos de sus libros de poemas, uno de ellos publicado por la Editora, Tiempo que espera. Tambien en la ERE se publicó el catálogo de su exposición La luz incierta. Lisboa 2002-2003.
También ilustró Jola, el libro de Ángel Campos sobre el devastador incendio que asoló La Raya hace un par de veranos. Quién iba a decir que...
"Y entonces, la muerte", que diría van Wilderode. Siempre la muerte.