27.4.06

Amapolas y paradojas

Uno se quedaba pasmado esta mañana al ver, camino de Mérida, a la salida de Cáceres, las miles de amapolas que han brotado en los alrededores de Las Minas. De regreso, me he vuelto a quedar igual. ¡Qué belleza!
Yolanda me dijo el otro día, de camino a Cáceres, que siempre que veía amapolas se acordaba de Gonzalo. Y eso que eran rojas.
Y ya que mencionamos a Hidalgo Bayal, se puede pinchar aquí para leer la última reseña de su última novela. La Paradoja sigue yendo a más. A ver si al año que viene emula a los girasoles y la crítica reconoce su maestría.