17.2.07

Más Brutus

La otra tarde bajamos a Brutus a Plasencia, entre Carlitos, Alberto y yo. Meterlo en el coche... Vino muy intranquilo, temblando (nunca seremos capaces de devolverle a su sexo, que no es macho). Queríamos que el veterinario le revisara la pata (o mano) porque sigue sin apoyarla en el suelo. Siempre le vemos con ella colgando. Le hizo una radiografía (donde se apreciaba el hueso en su sitio y el callo óseo creciendo) y nos tranquilizó: todo va bien. Dijo que, por el estado de la musculatura de la mano (o pata), Brutus la apoya, aunque creamos lo contrario. Como los niños, debe hacerlo cuando no estamos delante. Con los movimientos (y eso que Carlitos le llevaba en brazos cada vez que había que trasladarlo), la herida empezó a sangrar un poco. Pero muy poco. El color y densidad de la misma debió alertar al veterinario. Fue cuando nos dijo, con el perro ya en el coche de nuevo, que quería comprobar algo. Lo hizo y, en efecto, lo que le pasa a Brutus es que está en celo. Vamos, que cualquier día, con los cachorros delante, tendremos que caer todos de la burra y asumiremos por fin que él es perra.